Las cookies son importantes para ti, influyen en tu experiencia de navegación. Usamos cookies analíticas, de personalización y publicitarias (propias y de terceros) para hacer perfiles basados en hábitos de navegación y mostrarte contenido personalizado. Puedes consultar nuestra Política de cookies. Al hacer click en "Aceptar", consientes que todas las cookies se guarden en tu dispositivo o puedes configurarlas o rechazar su uso pulsando en "Configurar".
Este es el configurador avanzado de cookies propias y de terceros. Aquí puedes modificar parámetros que afectarán directamente a tu experiencia de navegación en esta web.
Las cookies necesarias ayudan a hacer una página web utilizable activando funciones básicas como la navegación en la página y el acceso a áreas seguras de la página web. La página web no puede funcionar adecuadamente sin estas cookies.
Las cookies estadísticas ayudan a los propietarios de páginas web a comprender cómo interactúan los visitantes con las páginas web reuniendo y proporcionando información de forma anónima.
En Laboratorio Hospital 4 utilizamos cookies para garantizar el funcionamiento de nuestros sitios web, así como para mejorar su calidad y contenidos a través del análisis de los hábitos de navegación de los usuarios, proporcionándote una excelente experiencia de navegación. En la presente Política de Cookies, te explicamos qué son las cookies, para qué sirven, y cómo puedes configurarla o desactivarlas si así lo deseas. Además, te indicamos qué tipos de cookies utiliza, y con qué finalidad lo hace, la sociedad Laboratorio Hospital 4 del sitio web a través del cual has accedido a la presente Política de Cookies (el “Sitio web”), y que se encuentra debidamente identificada en el Aviso Legal que figura en el mismo. Te invitamos a leer atentamente esta Política de Cookies.
Las cookies ficheros que se instalan en tu dispositivo (por ejemplo, tu ordenador, tableta o teléfono móvil) cuando visitas un sitio web. Las cookies se utilizan para garantizar la calidad, usabilidad y correcto funcionamiento de los sitios web, además de para almacenar y recuperar información sobre los hábitos de navegación en los mismos y personalizar sus contenidos, pudiendo utilizarse en ocasiones para reconocer al usuario de un sitio web.
Por lo tanto, las cookies son esenciales para el funcionamiento de Internet, y en ningún caso suponen un riesgo para tu equipo o tu dispositivo. Es más, pueden ayudarnos a reconocer la necesidad de mejoras en partes del Sitio web y a detectar errores de funcionamiento.
Las cookies pueden clasificarse en diversos tipos, según diferentes criterios. A continuación, Laboratorio Hospital 4 le ofrece información sobre los diferentes tipos de cookies que utilizamos en el Sitio web.
A continuación, te explicamos qué cookies utilizan los diferentes sitios web de Laboratorio Hospital 4, y con qué finalidad lo hacen. También detallamos las características de cada una de ellas. Puedes conocer el listado de cookies que utiliza el Sitio web que estás visitando en su centro de configuración de cookies, al que puedes acceder a través del siguiente enlace: Configuración de privacidad
Además, puedes informarte de las transferencias a terceros países que, en su caso, realizan los terceros identificados en esta política de cookies en sus correspondientes políticas, a la cuales te facilitamos los enlaces correspondientes:
Puedes aceptar o rechazar el uso de cookies a través del centro de configuración de cookies que Laboratorio Hospital 4 pone a tu disposición, y al que puedes acceder tanto a través del mensaje de información básica sobre cookies que aparece al visitar el Sitio web por primera vez, como a través del siguiente enlace, que te dirigirá al centro de configuración de cookies: Configuración de privacidad.
En el centro de configuración de cookies de Laboratorio Hospital 4 podrás consentir al uso de cookies, así como retirar cualquier consentimiento para sus uso ya otorgado, en cualquier momento y tantas veces como desees.
Ten en cuenta que si aceptas las cookies de terceros, deberás eliminarlas, si así lo deseas, directamente a través de las opciones de gestión de cookies de tu navegador, tal y como explicamos en el siguiente punto 4.2.
Puedes permitir, bloquear o eliminar las cookies instaladas en tu equipo en cualquier momento a través de las opciones que pone a tu disposición el navegador que utilizas. Ten en cuenta que si deshabilitas la totalidad de las cookies, algunas funcionalidades o contenidos del Sitio web de Laboratorio Hospital 4 pueden verse afectados. Te contamos cómo hacerlo:
Hoy en día llevamos ritmos de vida cada vez más rápidos. Esto es peligroso si nuestro cuerpo no está adaptado y es metabólicamente fuerte. Muchas veces acabamos sintiendo fatiga. Por ello debemos identificar esos periodos para poder descansar o suplementar la carencia, ya que de no ser así podemos desarrollar cualquier enfermedad.
Debemos recurrir a la realización de este panel en estadios:
Actualmente con nuestro estilo de vida es importante saber si sufrimos decaimiento y fatiga metabólica.
Para evaluar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
No existe un consenso claro sobre cuándo realizar esta prueba. A menudo se determina junto con otras pruebas de laboratorio que evalúan el riesgo cardíaco, como el perfil lipídico (colesterol, triglicéridos, colesterol HDL, colesterol LDL).
La proteína C reactiva (PCR) es una proteína que se sintetiza en el hígado y se libera a la circulación sanguínea. Su concentración aumenta en presencia de inflamación y de infección, así como después de un infarto agudo de miocardio (IAM), intervenciones quirúrgicas y traumatismos. Es una de las proteínas a las que a menudo se conoce con el nombre de reactantes de fase aguda. La prueba ultrasensible (proteína C reactiva ultrasensible) permite medir la PCR cuando la proteína se encuentra en cantidades muy pequeñas, siendo su principal utilidad la de identificar la existencia de un mínimo estado de inflamación, asociado a riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Existen dos maneras de medir la PCR: la prueba para PCR convencional o estándar y la prueba ultrasensible (PCR-us). Cada una de estas pruebas mide la misma proteína en sangre aunque entre unos rangos de concentración distintos y con distinta finalidad.
La prueba convencional (PCR) mide cantidades elevadas de PCR para detectar enfermedades o procesos que causan inflamación importante. Mide cantidades de PCR que oscilan entre los 10 y los 1000 mg/L.
La prueba ultrasensible (PCR-us o us-CRP por sus siglas en inglés) es capaz de medir concentraciones muy bajas de esta proteína que no llegan a detectarse con la técnica convencional; la finalidad de la prueba ultrasensible es la de evaluar el riesgo cardiovascular de un individuo. Mide concentraciones de PCR entre 0.5 y 10 mg/L.
Se sabe que la presencia de un grado bajo de inflamación persistente desempeña un papel fundamental en la aterosclerosis que a menudo se asocia a enfermedad cardiovascular (ECV).
Son varios los factores de riesgo que se asocian a desarrollo de ECV, como antecedentes familiares de ECV, aumento de colesterol, hipertensión, obesidad o diabetes. Sin embargo también es cierto que hay personas que desarrollan ECV sin tener ninguno de estos factores de riesgo. Se sigue investigando si pueden existir factores de riesgo adicionales que puedan explicar el desarrollo de ECV y permitan establecer modificaciones del estilo de vida y/o administrar tratamiento para disminuir el riesgo del individuo.
La PCR ultrasensible es uno de entre varios marcadores de riesgo cardíaco que se emplea para determinar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. Diversos estudios han demostrado que la medida de la PCR con un técnica de alta sensibilidad permite identificar el nivel de riesgo de ECV en personas aparentemente sanas. Esta prueba ultrasensible permite medir la PCR cuando se encuentra a concentraciones que rozan el límite inferior de lo que se considera normal para la PCR. Estos niveles normales aunque más o menos elevados de PCR en personas sanas tienen la capacidad de predecir el riesgo futuro de padecer un infarto agudo de miocardio, accidente vascular cerebral, muerte súbita cardíaca y enfermedad arterial periférica, a pesar de que los niveles de colesterol sean normales.
No existe un consenso acerca del mejor momento para la medida de la PC/PCR-us. El American College of Cardiology y la American Heart Association defienden que la medida de la PCR/PCR-us puede resultar útil en varones menores de 50 años o en mujeres menores de 60 años con riesgo intermedio. También creen que puede resultar útil para tomar decisiones terapéuticas una vez superada esa edad, si la concentración del colesterol LDL es inferior a 130 mg/dL y cumplen con otros criterios como que no exista enfermedad cardíaca, diabetes, enfermedad renal o trastornos inflamatorios.
Es posible que se repita la determinación de la PCR/PCR-us para tener la certeza de que realmente el nivel bajo de inflamación es persistente.
La presencia de niveles relativamente elevados de PCR/ PCR-us en personas sanas es predictiva de un mayor riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio, accidente vascular cerebral, muerte súbita cardíaca y/o enfermedad vascular periférica, a pesar de que los niveles de colesterol se mantengan dentro de unos valores razonables.
Las personas con los niveles de PCR/PCR-us más elevados son las que tienen el mayor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, y contrariamente las que los tienen más bajos son las que presentan menor riesgo. Concretamente, las personas con niveles de PCR/ PCR-us más altos tienen un riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio de entre 1.5 y 4 veces mayor al que tienen las personas con los niveles más bajos de PCR/PCR-us.
La American Heart Association (AHA) y los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) definieron los siguientes grupos de riesgo:
Estos valores sólo constituyen una parte de lo que se requiere en el proceso de evaluación de una enfermedad cardiovascular. Otros factores de riesgo que deben considerarse son: colesterol, colesterol LDL, triglicéridos y glucosa. Además, también hacen aumentar el riesgo el consumo de tabaco, la hipertensión arterial y la diabetes.
¿La determinación de proteína C reactiva (PCR) o ultrasensible (PCR-us) es específica para predecir la enfermedad cardíaca?
No. La PCR es un marcador de inflamación, un proceso que puede afectar a distintos tejidos y órganos. La mayoría de los estudios realizados hasta la fecha se han centrado en la enfermedad cardíaca, pero existen nuevas investigaciones que muestran que tener valores de PCR-us en el límite superior de la normalidad puede asociarse a otras enfermedades como el cáncer de colon, complicaciones de la diabetes y obesidad.
¿Es posible que se haya medido el colesterol total pero nunca la PCR/PCR-us?
Es posible que no esté indicado medir la PCR-us por no pertenecer a alguna de las categorías de riesgo. A pesar de que hace años que se emplea la técnica convencional para medir la PCR, la determinación de PCR-us es relativamente nueva y los expertos aún no han llegado a un acuerdo sobre cuando y con qué frecuencia debería solicitarse.
¿Cuál es la diferencia entre PCR convencional o estándar y PCR-us?
Ambas pruebas determinan la misma proteína en sangre. La PCR-us es útil para determinar el riesgo de enfermedad cardiovascular en población aparentemente sana. Mide PCR en rangos de 0.5 a 10 mg/L. La determinación de PCR convencional se solicita a personas con signos y síntomas de infección bacteriana o con signos y síntomas de una enfermedad inflamatoria crónica, como una artritis reumatoide. Mide PCR en un rango de 10 a 1000 mg/L.
Para evaluar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Para detectar deficiencias moderadas o severas de vitamina B.
Cuando existen signos y síntomas atribuibles a deficiencia de vitamina B, cuando existe riesgo de padecer esa deficiencia o cuando existe malabsorción.
Las vitaminas del grupo B son nutrientes que el organismo necesita en pequeñas cantidades (micronutrientes) para el metabolismo, la producción de energía y para garantizar la salud de células, piel, huesos, músculos, órganos y sistema nervioso. Estas pruebas permiten evaluar las vitaminas del grupo B en sangre y establecer así el estado nutricional de un individuo. Las vitaminas del grupo B incluyen:
Las vitaminas del grupo B aportadas por la dieta se absorben en función de lo que el organismo necesita, y cualquier exceso se elimina del organismo por la orina. Como las vitaminas del grupo B son solubles en agua, el organismo sólo puede almacenarlas en pequeñas cantidades por lo que deben obtenerse a partir de alimentos ricos en ellas, o a partir de suplementos, tomados de manera regular. Actualmente las deficiencias de vitaminas B son poco frecuentes aunque sí son prevalentes en áreas geográficas del planeta en las que existen carencias nutricionales.
Las deficiencias pueden aparecer en las siguientes situaciones:
Normalmente, las deficiencias se observan en personas con malnutrición generalizada, alcoholismo crónico, en casos de malabsorción o en trastornos digestivos (por ejemplo, by-pass gástrico y enfermedad celíaca) y en ancianos. A veces pueden observarse en enfermedades crónicas, en cánceres, en personas que siguen dietas demasiado ricas en grasas y en casos de diarrea prolongada. Las embarazadas, y por lo tanto sus bebés, pueden presentar deficiencias de vitaminas del grupo B si su dieta no es completa y equilibrada. Aunque es muy poco frecuente, puede darse el caso de que un bebé presente un error congénito del metabolismo en el que no se puede utilizar correctamente la vitamina B. Aunque los signos y síntomas asociados a deficiencias de vitaminas del grupo B pueden ser característicos, en deficiencias moderadas o leves pueden ser inespecíficos. Como las deficiencias vitamínicas suelen ser múltiples, lo habitual es que los signos y síntomas sean diversos. Entre los signos y síntomas más comunes se incluyen erupción cutánea, dermatitis, inflamación de la lengua, entumecimiento, hormigueo o sensación de quemazón en manos o pies, anemia, cansancio y alteraciones mentales.
La toxicidad por vitaminas del grupo B es rara; aparece en caso de que se tome una dosis de suplementos vitamínicos muy superior a la recomendada. Concentraciones elevadas de algunas vitaminas del grupo B pueden afectar al sistema nervioso o al hígado.
La prueba se solicita principalmente cuando existen síntomas o signos atribuibles a deficiencias de vitaminas del grupo B. Los signos y síntomas dependen de la vitamina que falte; entre los más comunes se incluyen:
En algunos casos se solicita cuando existe un mayor riesgo de desarrollar deficiencias de vitaminas del grupo B, como en malnutrición, alcoholismo crónico, malabsorción o enfermedad celíaca.
La toxicidad por vitaminas del grupo B es poco frecuente y por lo tanto no suele solicitarse la determinación con la finalidad de detectar una intoxicación. Concentraciones elevadas de algunas vitaminas del grupo B pueden ocasionar alteraciones en hígado o en sistema nervioso.
Resultados bajos indican que existe una deficiencia de alguna vitamina del grupo B aunque no indica si es debida a aporte inadecuado o a incapacidad de absorción o de utilización de la vitamina en cuestión. Normalmente existe una deficiencia de más de una vitamina.
Si los resultados son normales, los signos o síntomas de la persona reconocerán otra causa.
Unos niveles elevados de vitaminas del grupo B pueden asociarse a toxicidad, aunque esta situación es rara y suele ser debida a la toma de dosis elevadas de estas vitaminas.
¿Como puede modificar uno mismo los niveles de Vitaminas B?
Normalmente, el organismo utiliza la cantidad de vitaminas del grupo B que necesita y elimina el exceso por la orina. Mientras el aporte de estas vitaminas por la dieta sea suficiente, sus niveles en sangre se mantendrán estables. En caso de que exista una deficiencia, el médico puede prescribir algún suplemento vitamínico.
Para detectar deficiencias moderadas o severas de vitamina B.
Para evaluar la función de la glándula tiroidea; para diagnosticar hipotiroidismo o hipertiroidismo; para realizar un cribado del hipotiroidismo en recién nacidos.
Normalmente en respuesta a una prueba de TSH anómala o cuando una persona presenta síntomas de hipertiroidismo o hipotiroidismo; se realiza de forma rutinaria en recién nacidos.
Esta prueba mide la cantidad de tiroxina, o T4, en la sangre. La T4 es una de las hormonas producidas en la glándula tiroides; la otra es la triyodotironina o T3. El tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa situada por debajo de la nuez. Esta glándula juega un papel vital en el control del metabolismo y la tasa de consumo de energía por parte del organismo.
El organismo dispone de un sistema de retroalimentación que permite activar o frenar la producción de hormonas tiroideas. Cuando la concentración de T4 en la sangre disminuye, el hipotálamo (una zona del cerebro) libera tiroliberina (TRH) u hormona liberadora de la tirotropina; a su vez, la tirotropina (TSH) estimula al tiroides para que produzca y/o libere más T4. A medida que aumentan las concentraciones de T4 en la sangre, va disminuyendo la cantidad de TSH liberada.
La T4 representa casi el 90% del total de hormonas tiroideas. Cuando el organismo necesita hormona tiroidea, la glándula tiroides libera cierta cantidad de T4 almacenada en el tiroides hacia la circulación sanguínea. En la sangre, la T4 se encuentra en una forma libre (no unida) y en otra forma unida a proteína (principalmente unida a la globulina enlazante de tiroxina). La concentración de T4 libre es tan sólo el 0.1% de la T4 total. La T4 se convierte a T3 en el hígado o bien en otros tejidos. Una cantidad importante de T3 se encuentra unida a proteínas, como la T4, pero tan sólo las formas libres de T3 y de T4 son las biológicamente activas. La T3 libre es entre 4 y 5 veces más activa que la T4 libre.
Si la glándula tiroides no produce suficiente T4, debido a una disfunción tiroidea o a una cantidad insuficiente de TSH, entonces la persona afectada presentará síntomas de hipotiroidismo como aumento de peso, sequedad de piel, intolerancia al frío, menstruaciones irregulares y fatiga. Si la glándula tiroides produce demasiada T4, la velocidad a la que el organismo desarrolla sus funciones aumentará, produciendo síntomas asociados a hipertiroidismo como aumento de la frecuencia cardiaca, ansiedad, pérdida de peso, dificultad para conciliar el sueño, temblor en las manos e hinchazón alrededor de los ojos que también pueden estar secos e irritados.
Las causas más comunes de disfunción tiroidea están relacionadas con trastornos autoinmunes. La enfermedad de Graves causa hipertiroidismo mientras que la tiroiditis de Hashimoto origina un hipotiroidismo. Tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo pueden estar causados también por una tiroiditis (inflamación del tiroides), por un cáncer tiroideo y por una producción excesiva o deficiente de TSH. El efecto de estas situaciones sobre la producción de hormonas tiroideas puede detectarse y monitorizarse midiendo la T4 total (incluye tanto la proteína libre como la unida) o bien la T4 libre (más frecuentemente).
Una prueba de T4 total o de T4 libre se solicita principalmente ante un resultado de TSH anómalo. A veces, la T4 puede haberse solicitado junto con la TSH para obtener una evaluación más completa del sistema de retroalimentación de la hormona tiroidea. Estas pruebas suelen solicitarse cuando una persona presenta síntomas de hipertiroidismo o de hipotiroidismo.
Entre los síntomas y signos de hipertiroidismo se incluye:
Entre los síntomas y signos de hipotiroidismo se incluye:
La existencia de un hipotiroidismo grave, conocido como mixedema, puede producir insuficiencia cardíaca, convulsiones y coma. En niños, un hipotiroidismo puede impedir el crecimiento y provocar retrasos del desarrollo sexual.
Normalmente, unas concentraciones elevadas de T4 total o de T4 libre indican la existencia de una glándula tiroides hiperactiva (hipertiroidismo), y los valores bajos de T4 total o libre indican una hipoactividad (hipotiroidismo). Los resultados por sí solos no tienen valor diagnóstico pero sí que van a servir para que el médico en seguida solicite otras pruebas para investigar la causa de su alteración. Valores elevados o disminuidos de T4 se asocian a una serie de alteraciones tiroideas, transitorias o crónicas. Resultados bajos de T4 junto con resultados bajos de TSH, o resultados elevados de T4 junto con resultados elevados de TSH pueden indicar alguna alteración de la glándula pituitaria.
¿Cómo repercute el embarazo sobre las concentraciones de hormonas tiroideas?
El embarazo puede aumentar la concentración de T4 total aunque esto no significa que se vaya a desarrollar una enfermedad tiroidea. Si desea más información, acceda a este enlace.
¿Qué es el ITL?
ITL son las iniciales de índice de tiroxina libre. Se calcula a partir de la prueba de captación de T3 y de la T4 total, y proporciona una estimación del nivel de T4 libre en sangre. Actualmente no se utiliza ya que se dispone de pruebas para medir la T4 libre y la T3 libre.
Para evaluar la función de la glándula tiroidea; para diagnosticar hipotiroidismo o hipertiroidismo; para realizar un cribado del hipotiroidismo en recién nacidos.
Para detectar y diagnosticar enfermedades tiroideas; para monitorizar el tratamiento del hipotiroidismo y del hipertiroidismo.
Como cribado: se recomienda el cribado en recién nacidos, sin embargo no existe un consenso entre la comunidad médica por lo que se refiere a la edad adecuada para hacer un cribado en adultos, en caso de que realmente fuera necesario hacerlo.
Como monitorización de tratamiento: según el médico lo considere adecuado
Con otras finalidades: cuando una persona presenta síntomas de hipertiroidismo o de hipotiroidismo y/o una glándula tiroides aumentada de tamaño
La tirotropina o TSH se produce en la glándula pituitaria o hipófisis, un órgano diminuto situado en la cara inferior del cerebro y por detrás de la cavidad nasal. La TSH estimula la producción de T4 (tiroxina) y de T3 ( triyodotironina) por parte de la glándula tiroides, y su liberación hacia la sangre. Estas hormonas tiroideas intervienen en la regulación del consumo de energía del organismo. Esta prueba mide la cantidad de tirotropina (TSH) en sangre.
La TSH, junto con el factor regulador de la liberación de TSH (TRH, por sus siglas en inglés) liberado en el hipotálamo, forma parte del sistema de retroalimentación del organismo para conseguir mantener unas cantidades estables de hormonas tiroideasT4 y T3 en la sangre. Cuando las concentraciones de hormonas tiroideas en sangre disminuyen, se produce un aumento de la liberación de TSH por parte de la glándula pituitaria, y la TSH estimula a su vez la producción y liberación de T4 y de T3 por parte de la glándula tiroides, una pequeña glándula en forma de mariposa adosada a la tráquea. Cuando estas tres estructuras orgánicas funcionan correctamente, la producción de hormonas por parte de la glándula tiroides se estimula y se inhibe de manera que se pueda mantener una concentración adecuada de hormonas tiroideas en la sangre.
Una disfunción de la glándula pituitaria puede producir aumentos o disminuciones de TSH. Si la glándula tiroides libera cantidades inadecuadamente elevadas de T4 y T3, la persona afectada podrá presentar síntomas asociados a hipertiroidismo, como aumento de la frecuencia cardiaca, pérdida de peso, nerviosismo, temblor de manos, irritación ocular y dificultad para conciliar el sueño. La enfermedad de Graves constituye la forma más común de hipertiroidismo. Consiste en una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunitario produce anticuerpos que actúan como la TSH, es decir, estimulando la producción de cantidades elevadas de hormonas tiroideas. Como respuesta, la hipófisis produce menos TSH y por lo tanto su concentración en sangre disminuye.
Si la producción de hormonas tiroideas está disminuida (hipotiroidismo) el individuo podría presentar síntomas como aumento de peso, sequedad de piel, estreñimiento, intolerancia al frío y fatiga. La tiroiditis de Hashimoto constituye la causa más común de hipotiroidismo. Consiste en una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunitario produce autoanticuerpos y se genera una respuesta inmunitaria que ocasiona inflamación y lesión de la glándula tiroidea. La hipófisis puede producir mayor cantidad de TSH y por ello normalmente se produce un aumento de la concentración de TSH en sangre.
No obstante, los niveles de TSH no siempre predicen o reflejan es estado o concentración de las hormonas tiroideas. Ciertos individuos producen una forma anómala de TSH que no funciona adecuadamente. A menudo presentan hipotiroidismo a pesar de tener unos niveles de TSH normales o incluso ligeramente elevados. En diversas enfermedades tiroideas la concentración de las hormonas tiroideas puede estar baja o elevada, independientemente de la cantidad de TSH en sangre.
Cuando un individuo presenta síntomas de hipertiroidismo o hipotiroidismo y/o cuando se tiene una glándula tiroidea aumentada de tamaño.
Entre los síntomas y signos de hipertiroidismo se incluye:
Entre los síntomas y signos de hipotiroidismo se incluye:
Se observan elevaciones de la concentración de TSH en:
Se observan disminuciones de la concentración de TSH en:
¿Se realiza esta prueba durante el embarazo?
Normalmente, los médicos no solicitan esta prueba en mujeres asintomáticas, pero sí y de manera regular en mujeres con síntomas y/o con trastornos tiroideos conocidos, con la finalidad de detectar y evaluar estados de hipertiroidismo e hipotiroidismo tanto durante el embarazo como posteriormente. Si desea más información acceda al siguiente enlace.
¿Se puede hacer algo para aumentar o disminuir la TSH?
Por norma general la TSH no se modifica con cambios en el estilo de vida. Lo importante es que la hipófisis o pituitaria y la glándula tiroides funcionen adecuadamente para producir las cantidades adecuadas de hormonas tiroideas.
Para detectar y diagnosticar enfermedades tiroideas; para monitorizar el tratamiento del hipotiroidismo y del hipertiroidismo.
Para saber como se encuentran nuestros depósitos de hierro.
Cuando exista una situación de déficit o de exceso de hierro.
La ferritina es un proteína que contiene hierro y constituye la principal forma de almacenamiento de hierro en el interior de las células. La pequeña cantidad de ferritina que se libera en la sangre es un reflejo de la cantidad total de ferritina almacenada en el organismo. Esta prueba mide la cantidad de ferritina en sangre.
En individuos sanos, aproximadamente un 70% del hierro absorbido por el organismo se incorpora a la hemoglobina de los hematíes. La mayor parte del porcentaje restante se almacena como ferritina o como hemosiderina, complejo de hierro con proteínas y otros elementos. La ferritina y la hemosiderina se encuentran principalmente en el hígado y también en la médula ósea, bazo y músculos esqueléticos.
Cuando el hierro disponible es insuficiente para satisfacer las demandas del organismo, se consumen las reservas de hierro y los niveles de ferritina disminuyen. Esto puede suceder en casos de un aporte de hierro insuficiente, una absorción inadecuada o aumentos de las necesidades de hierro como sucede en el embarazo o por trastornos que comportan pérdidas crónicas de sangre. Las reservas de hierro pueden disminuir de manera significativa antes de que aparezcan signos o síntomas de un déficit de hierro.
Las resevas de hierro y los niveles de ferritina aumentan en caso de que el organismo absorba más hierro del necesario. Un aumento crónico de la absorción de hierro conducirá a la generación progresiva de compuestos derivados del hierro en tejidos y órganos, pudiendo incluso ocasionar insuficiencias o disfunciones orgánicas. Este es el caso de la hemocromatosis, un trastorno hereditario en el que el organismo absorbe demasiada cantidad de hierro, incluso siguiendo una dieta estrictamente normal.
La determinación de ferritina se solicita cuando en el hemograma se observa que la hemoglobina y el hematocrito están bajos, y los hematíes (células de la serie roja) son de pequeño volumen (microcitosis) y más pálidos de lo normal (hipocromía); todo ello es característico de una anemia por déficit de hierro, a pesar de que no se presente todavía sintomatología alguna.
Al principio, las deficiencias de hierro no suelen tener consecuencias físicas. Si la persona afectada está sana, los síntomas raramente aparecen antes de que la hemoglobina disminuya por debajo de un cierto nivel (100 g/L). Sin embargo, a medida que el estado deficitario progresa, los síntomas se van instaurando, por lo que el médico solicitará la medida de ferritina así como la de otras pruebas relacionadas con el metabolismo del hierro (estudio del hierro). Los signos y síntomas más frecuentes de una anemia por déficit de hierro incluyen:
Si las reservas de hierro siguen disminuyendo, puede aparecer dificultad al respirar, pitidos en los oídos (tinnitus), modorra e irritabilidad. En casos de anemia más severos puede aparecer dolor torácico, dolores de cabeza, dolores en las piernas, shock e incluso fallo cardíaco. En los niños puede ser que se observen dificultades relacionadas con el aprendizaje (cognitivas). Además de los síntomas generales de una anemia, existen algunos síntomas característicos de las anemias por déficit de hierro. Entre estos signos y síntomas se incluyen: pica (ansia de comer sustancias que no son alimentos, como por ejemplo tierra, cenizas, arcilla), sensación de quemazón en la lengua, llagas en las comisuras bucales y uñas en forma de cuchara.
También puede solicitarse la ferritina cuando se sospechan sobrecargas de hierro. En estos casos, los síntomas son más variables, empeoran con el tiempo y son debidos a la acumulación de hierro en sangre y tejidos del organismo; entre ellos se incluyen:
Para confirmar la presencia de una sobrecarga de hierro se solicitan otras pruebas relacionadas con el metabolismo del hierro así como una prueba genética específica de la hemocromatosis.
Se puede interpretar dependiendo de la cantidad de hierro y de la TIBC, incluyendo patologías desde un simple déficit de hierro hasta una hemocromatosis o una anemia hemolítica. De ahí la importancia de realizar pruebas complementarias que nos ayudan a llegar a un diagnóstico diferencial correcto.
Los niveles de ferritina están disminuidos en personas con déficit de hierro y elevados en personas con hemocromatosis o en personas que han recibido múltiples transfusiones de sangre.
La ferritina es un reactante de fase aguda y por este motivo puede estar elevada cuando existe inflamación, enfermedad hepática, infecciones crónicas, enfermedades autoinmunes y en algunos tipos de cáncer, aunque no se utiliza para monitorizar estas situaciones.
¿Cómo se explica que puedan existir niveles de hierro normales con niveles de ferritina disminuidos?
La anemia por déficit de hierro se instaura de manera gradual.Si el organismo no recibe el aporte de hierro necesario, se irán consumiendo las reservas de hierro de los tejidos (ferritina) y los niveles de ferritina en sangre empezarán a disminuir. Si no se corrige esta situación, las reservas se irán agotando ya que el hierro se seguirá utilizando para la producción de eritrocitos o hematíes. En las fases más iniciales de los estados deficitarios en hierro, las concentraciones de hierro pueden ser normales mientras que el hierro almacenado -y por lo tanto la ferritina- ya ha empezado a disminuir.
¿Si se toman alimentos con elevado contenido en hierro o suplementos férricos, aumentarán igualmente el hierro sérico y los niveles de ferritina?
Sí. El hierro en el organismo aumentará si se aumenta el aporte de hierro de la dieta. Si la cantidad de hierro de la que dispone el organismo es superior a la que se requiere, el organismo acumulará hierro en forma de ferritina.
¿Qué otras situaciones pueden repercutir sobre los niveles de ferritina?
Pueden observarse aumentos de los niveles de ferritina en hepatitis agudas, en infecciones y ante consumos abusivos de alcohol.
¿Cuándo está indicado tomar suplementos de hierro?
Característicamente, las personas que suelen necesitar suplementos de hierro son las mujeres embarazadas y las diagnosticadas de estados deficitarios en hierro. También puede ser necesario este suplemento en mujeres jóvenes con sangrados menstruales abundantes y en las que el aporte dietético de hierro es insuficiente. Por norma general, nadie debería de tomar suplementos de hierro sin consultarlo previamente con el médico ya que un aporte excesivo puede causar una sobrecarga crónica de hierro. Pueden darse intoxicaciones por sobredosis de comprimidos con hierro, especialmente en niños.
Para saber como se encuentran nuestros depósitos de hierro.
Para conocer si la concentración de hierro en el organismo es la adecuada.
Cuando exista o pueda existir déficit o un exceso de hierro.
El hierro es un elemento esencial para el organismo. Esta prueba determina la cantidad de hierro en la parte líquida de la sangre.
El hierro es un elemento indispensable, proporcionado por la dieta y absorbido y transportado hacia todo el organismo por la transferrina, una proteína producida en el hígado. El hierro es necesario para la síntesis de las células de la serie roja (glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos). Constituye un elemento esencial de la hemoglobina, que es la proteína de los hematíes que permite transportar el oxígeno por todo el organismo. Además, el hierro participa en la composición de ciertas proteínas, entre las que se incluyen la mioglobina y ciertos enzimas.
Normalmente, cerca del 70% del hierro absorbido se incorpora a la hemoglobina de los hematíes. La mayor parte del hierro restante se almacena en los tejidos en forma de ferritina o de hemosiderina. Si el aporte de hierro de la dieta es insuficiente, los niveles en sangre pueden disminuir, y en consecuencia también pueden ir disminuyendo las reservas del organismo. Si esta situación se mantiene, es posible que se desarrolle una anemia ferropénica (por déficit de hierro). Por otra parte, una absorción excesiva de hierro puede hacer que éste se acumule progresivamente, llegando a producir lesión tisular en órganos como hígado, corazón y páncreas.
La prueba del hierro sérico mide la cantidad de hierro que circula por el organismo y representa el hierro unido a transferrina. La cantidad de hierro en la sangre varía a lo largo del día y también de un día a otro. Por este motivo suele medirse el hierro sérico junto con otras pruebas del metabolismo férrico, como la capacidad total de fijación del hierro y transferrina (TIBC), a partir de la cual se calcula la saturación de transferrina. La saturación de transferrina refleja la cantidad de hierro transportado en la sangre y la capacidad de la transferrina para transportar más hierro. La combinación de distintas pruebas del metabolismo férrico proporciona una medida más fiable que el hierro sérico de un déficit de hierro o de un exceso del mismo.
Generalmente las pruebas que evalúan el hierro no se solicitan de forma rutinaria. Sí se solicitan si el hemograma, la hemoglobina o el hematocrito aparecen alterados. También pueden solicitarse si se sospecha la existencia de un déficit o un exceso de hierro.
Al principio y en sus etapas más iniciales, un déficit de hierro no produce ninguna sintomatología ni representa ningún riesgo. Si la persona está sana, es raro que aparezcan síntomas antes de que los niveles de hemoglobina disminuyan por debajo de un cierto valor (cercano a 100 g/L). Si las reservas de hierro continúan disminuyendo y se empieza a desarrollar una anemia, pueden aparecer signos y síntomas como:
Si la anemia por falta de hierro es severa, también puede existir dificultad para respirar, dolor torácico y dolores en las piernas. En niños pueden existir dificultades para el aprendizaje. Además de los síntomas propios de la anemia, existen otros signos y síntomas característicos de un déficit de hierro, entre los que se incluyen: pica (apetencia por sustancias como el regaliz, la tiza, tierra o barro), sensación de quemazón en la lengua, pérdida del relieve normal de la lengua, llagas en las comisuras bucales y uñas en forma de cuchara (manos y pies).
El estudio del hierro sérico y de otras pruebas relacionadas con el metabolismo férrico pueden solicitarse cuando se sospecha una sobrecarga de este elemento (hemocromatosis). Los síntomas de un exceso de hierro varían en función de la persona y tienden a empeorar con el paso del tiempo. Son debidos a la acumulación de hierro y pueden ser similares a los observados en otros trastornos. Entre ellos se incluyen:
Si se piensa que un niño ha ingerido comprimidos de hierro, se solicita el hierro sérico para detectar si realmente ha sido así y establecer la gravedad de la intoxicación. También puede solicitarse el hierro sérico periódicamente durante el tratamiento de los déficits o de las sobrecargas de hierro, para evaluar la eficacia del tratamiento.
Normalmente, los niveles de hierro sérico se interpretan junto con otras pruebas relacionadas con el metabolismo férrico. En la tabla siguiente se resumen algunas de las pruebas relacionadas con el metabolismo férrico y cómo se afectan por distintos trastornos.
Una concentración de hierro baja generalmente es debida a un déficit de hierro, en especial si la transferrina o la TIBC están elevadas. En las enfermedades crónicas, el déficit de hierro se asocia a valores bajos de transferrina y TIBC. El déficit de hierro suele deberse a sangrados importantes o a pérdidas pequeñas aunque mantenidas en el tiempo. No obstante, también puede deberse a un aumento de las necesidades (embarazo), necesidades propias de ciertas etapas del desarrollo (niños), aporte insuficiente y problemas en su absorción (enfermedad intestinal o que afecte al estómago).
Pueden observarse concentraciones elevadas de hierro en personas que hayan recibido múltiples transfusiones de sangre, en administraciones de hierro por vía intramuscular, en la intoxicación por plomo, enfermedades hepáticas, o enfermedades renales; también pueden ser de causa genética (hemocromatosis).
¿Son lo mismo el déficit de hierro y la anemia?
Un déficit de hierro significa que existe una disminución de las reservas de hierro del organismo, mientras que la anemia por déficit de hierro ya indica que el número de eritrocitos y/o la cantidad de hemoglobina ya han disminuido. Normalmente son necesarias varias semanas para que la concentración de hemoglobina y la producción de hematíes disminuyan a consecuencia de la disminución de las reservas de hierro. Al principio, en un déficit de hierro existen muy pocos síntomas, pero si la situación empeora, la hemoglobina y el recuento de hematíes disminuirán, apareciendo también debilidad, palidez y fatiga.
¿Qué alimentos se pueden tomar para aumentar el aporte de hierro de la dieta?
La forma de hierro más fácilmente asimilable por el organismo es la que está contenida en carnes y huevos. Otros alimentos ricos en hierro son: vegetales de hoja verde (espinacas, berza y col rizada), germen de trigo, cereales integrales y sus derivados, pasas y melaza.
¿Quién puede necesitar suplementos de hierro?
Típicamente, las embarazadas y las personas con déficits de hierro documentados. No es aconsejable tomar suplementos de hierro si no lo indica el médico, ya que un exceso puede ser perjudicial al acumularse. Una sobredosis de comprimidos de hierro puede ser tóxica, especialmente en niños.
¿La anemia por déficit de hierro es un proceso que aparece de forma rápida o de forma más bien lenta?
La anemia por falta de hierro se va estableciendo de forma gradual. Cuando el hierro que se pierde supera al hierro aportado por la dieta, lo primero que ocurre es que el organismo empieza a utilizar las reservas de hierro. En esta etapa la ferritina empieza a descender, pero el hierro sérico y la TIBC generalmente permanecen inalterados no estableciéndose todavía la anemia. En el momento en que el déficit de hierro empeora, el hierro sérico disminuye mientras que la transferrina y la TIBC aumentan, empezando a desarrollarse la anemia. Si el déficit es muy acusado, los hematíes se vuelven pequeños y pálidos, por la disminución de producción de hemoglobina; la producción de reticulocitos disminuye a menos que se empiece el tratamiento adecuado con hierro.
¿La donación de sangre puede repercutir sobre los niveles de hierro?
Sí. Cada vez que se dona 400 mL de sangre, el organismo pierde unos 250 mg de hierro. El nivel de ferritina (indicador de las reservas del organismo) disminuye en cada donación aunque al cabo de un tiempo se normaliza. Otras pruebas como la capacidad total de fijación del hierro y transferrina (TIBC) no se afectan tanto por una donación.
¿Por qué el médico solicita la determinación de hierro sérico al poco tiempo de tomar suplementos de este mineral?
Es posible que el médico sospeche que no se esté absorbiendo adecuadamente el hierro y por ello puede indicar la toma de suplementos de hierro, controlando al poco tiempo los niveles de hierro sérico para verificar que el tratamiento es eficaz. Si el resultado sigue siendo bajo, es posible que exista una causa subyacente que lo justifique y que debería de tratarse.
Para conocer si la concentración de hierro en el organismo es la adecuada.
El hemograma se emplea como prueba de cribado muy general para determinar el estado de salud de las personas. Algunos de sus usos se describen a continuación:
En un hemograma se evalúan los tres grandes tipos de células que circulan por la sangre:
Para determinar el estado general de salud; para detectar, diagnosticar o monitorizar una gran variedad de enfermedades que pueden afectar a las células de la sangre, como la anemia, infecciones, inflamaciones, trastornos hemorrágicos o cáncer.
El hemograma es una prueba en la que se evalúa el estado de las células de la sangre; estas se dividen en tres grandes tipos que circulan suspendidos en un fluido conocido como plasma. Los tipos celulares son: hematíes (o eritrocitos o glóbulos rojos), leucocitos (o glóbulos blancos) y plaquetas. Todas estas células se producen y maduran principalmente en la médula ósea, y normalmente, se liberan hacia la sangre a medida que se van necesitando.
El hemograma se realiza con un instrumento que proporciona un recuento automatizado de las células de la sangre y suministra otros varios parámetros que indican las características de las células. Un hemograma estándar incluye:
Anormalidades importantes en alguno o varios de los tipos celulares son indicativas de una variedad de trastornos y se deberá solicitar oras pruebas adicionales para conocer su causa. A menudo es necesaria una observación de una extensión de sangre al microscopio. El especialista de laboratorio mira la extensión teñida al microscopio y puede valorar las características de las células, como tamaño, forma y color. Cualquier información adicional se añade a la proporcionada por el analizador automático, y los hallazgos se informan al médico solicitante.
Los tres tipos de células de la sangre evaluadas incluyen:
Leucocitos
Existen cinco tipos diferentes de leucocitos necesarios para mantener una buena salud y necesarios para combatir infecciones y otras enfermedades. Son los neutrófilos, linfocitos, basófilos, eosinófilos y monocitos, y están presentes en la sangre en porcentajes relativamente estables. Las proporciones pueden aumentar o disminuir dependiendo de lo que esté ocurriendo en nuestro organismo en un momento dado. Por ejemplo, una infección puede hacer aumentar el número de neutrófilos para combatir y erradicar infecciones bacterianas. En las alergias puede haber un incremento en el número de eosinófilos. En infecciones víricas puede aumentar el número de linfocitos. Y en ciertas enfermedades, como en las leucemias, algunas células de la serie blanca o leucocitarias (inmaduras y anómalas) se multiplican rápidamente, haciendo aumentar el número de leucocitos.
Hematíes
Los hematíes (o eritrocitos) se producen en la médula ósea y se liberan hacia la sangre a medida que van madurando. Contienen hemoglobina, que es una proteína que transporta el oxígeno por todo el organismo. Los hematíes tienen una vida de 120 días; la médula ósea está contínuamente produciendo hematíes para ir reemplazando los que van muriendo o los que se pierden por sangrados. Además de los sangrados, son varios los trastornos que pueden repercutir sobre la producción de nuevos hematíes o sobre su tiempo de vida.
En el hemograma se evalúa el número de hematíes, la cantidad de hemoglobina, la proporción de la sangre representada por los hematíes (hematocrito) y si el conjunto de hematíes parece normal. Todos los eritrocitos tienen habitualmente una forma y tamaño muy similares. Sin embargo pueden observarse variaciones en las deficiencias de vitamina B12 y folato (ácido fólico), en la deficiencia de hierro y en una gran variedad de trastornos. Si no hay suficientes eritrocitos normales o si la cantidad de hemoglobina es inferior a un valor determinado, se dice que existe anemia y el individuo puede tener síntomas como fatiga y debilidad. Con menor frecuencia, puede observarse un exceso de hematíes o eritrocitos en la sangre (eritrocitosis o policitemia), que en casos extremos, puede interferir en el flujo de la sangre en venas y arterias de pequeño calibre.
Plaquetas
Las plaquetas o trombocitos son unos fragmentos celulares particulares que juegan un papel muy importante en la coagulación sanguínea. Si una persona no tiene suficientes plaquetas corre un mayor riesgo de sufrir hematomas y sangrar en exceso. Un exceso de plaquetas puede favorecer la formación de coágulos de manera inapropiada. Si las plaquetas no funcionan adecuadamente se pueden producir sangrados. En el hemograma se mide el número y el tamaño de las plaquetas presentes en la muestra de sangre.
El hemograma es una prueba muy común. Se solicita habitualmente para conocer el estado de salud de un individuo. Si se está sano y se tiene las diferentes poblaciones celulares dentro de los valores de referencia, no se requerirá otro hemograma hasta que se produzca un cambio en el estado de salud o hasta que el médico lo crea conveniente.
El hemograma se solicita cuando un individuo tiene signos o síntomas sugestivos de afectación de las células de la sangre. Si existe fatiga, debilidad, infección, inflamación, presencia de hematomas o sangrado, el médico puede solicitar un hemograma para intentar hallar la causa de la afectación y determinar su severidad.
El médico puede solicitar periódicamente un hemograma para el seguimiento de diversas condiciones y tratamientos.
Algunos tratamientos, como la quimioterapia, pueden afectar a la producción de células en la médula ósea. Algunos medicamentos pueden hacer disminuir el recuento de leucocitos.
El hemograma incluye:
Son muchas las situaciones y enfermedades que pueden hacer aumentar o disminuir los parámetros del hemograma; algunas de ellas pueden requerir tratamiento mientras que otras se resuelven espontáneamente.
Los resultados del hemograma se ven afectados por trasfusiones de sangre, si se han realizado poco tiempo antes del análisis.
Los valores de referencia del hemograma son distintos en bebés y en niños, respecto a los del adulto. El médico interpretará los resultados teniendo en cuenta los valores de referencia que proporcionan los laboratorios en función de cada grupo de edad.
¿Qué otras pruebas se solicitan cuando el hemograma está alterado?
Depende de los resultados, de la sospecha clínica, los antecedentes médicos y los hallazgos de la exploración física. Es posible que se tenga que realizar una extensión de sangre, y solicitar varias pruebas para evaluar la función de órganos (electrolitos, glucosa, urea, creatinina, perfil hepático, etc.). Pueden además añadirse algunas otras pruebas:
Si la alteración afecta a leucocitos puede realizarse un cultivo (hemocultivo, urinocultivo, cultivo de esputo), un frotis faringoamigdalar (faringoamigdalitis) o pruebas específicas para virus como mononucleosis o virus de Epstein-Barr. La proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular pueden ser útiles para detectar inflamación.
Si están alterados los resultados de los hematíes, se solicita un recuento de reticulocitos, hierro sérico y estudios relacionados con el metabolismo del hierro, vitamina B12 y folato, G6PDH, o evaluación de hemoglobinopatías.
Si el recuento de plaquetas está alterado se solicitan pruebas de función plaquetaria u otras pruebas para descartar trastornos hemorrágicos o estados de hipercoagulabilidad sanguínea como tiempo de protrombina (TP), tiempo de tromboplastina parcial (TTP), factores de la coagulación o factor von Willebrand.
En caso de sospecha de enfermedades graves como leucemia, trastornos mieloproliferativos o algún otro trastorno de la médula ósea, se realiza una biopsia de médula ósea. También pueden ser necesarias otras muchas pruebas; el médico sabrá las que están más indicadas en cada caso.
El hemograma se emplea como prueba de cribado muy general para determinar el estado de salud de las personas. Algunos de sus usos se describen a continuación:
En un hemograma se evalúan los tres grandes tipos de células que circulan por la sangre:
Vamos a recibir información completa de tu hemograma sabiendo si están bien tus defensas, tus globulos rojos o tus plaquetas principalmente, si existe algún foco de inflamación, si tu organismo funciona con una velocidad metabólica correcta o sufre de hipofuncionamiento.
Busca tu prueba con el buscador o bien selecciona un panel específico que incluye diferentes pruebas. Ahí encontrarás toda la información de la prueba.
Una vez sepas qué prueba necesitas tan solo añádela al carrito y realiza el pago. El equipo se pondrá en contacto contigo.
Ponemos a tu disposición una plataforma para que puedas consultar tus pruebas analíticas. Además de las pruebas realizadas con anteriodidad.
Ofrecemos los mejores servicios de nuestro sector. Solo nos conformamos con lo mejor, pues nuestra única y máxima prioridad es su total satisfacción.