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La fertilidad de la mujer es limitada y a partir de los 35 años desciende de forma muy marcada, tanto en número como en calidad de los óvulos. Es un proceso biológico sobre el que, actualmente, no podemos actuar.
El perfil hormonal femenino es una analítica que mide las hormonas: FSH, LH, 17B Estradiol, Prolactina, Progesterona, Testosterona, y DHEA´s. El objetivo es detectar afecciones como trastornos ováricos, problemas menstruales, problemas de infertilidad, o problemas en la glándula pituitaria.
Recomendamos complementar este análisis con el Test de Reserva Ovárica midiendo la hormona antimulleriana (AMH).
Cuando exista algún problema relacionado con la fertilidad y queramos saber si es producido por algún desajuste hormonal dando lugar a alteraciones en procesos de maduración de óvulos.
El análisis de FSH, LH, estradiol, prolactina, testosterona y DHEAs consiste en un perfil de hormonas basales y, por tanto, la extracción de sangre debe hacerse entre los días 3 y 5 del ciclo menstrual, cuando los ovarios aún están en reposo. En cuanto a la progesterona, este análisis debe hacerse sobre el día 21 del ciclo menstrual para saber si ha tenido lugar la ovulación.
Conocer el estado de tu fertilidad te ayudará a tomar decisiones que pueden cambiar tu vida y ayudarte a planificar tu futuro y tu maternidad. Tu reserva ovárica disminuye con los años y, con ella, tu capacidad de concebir de manera natural.
El examen hormonal en sangre se realiza para estudiar el nivel de las hormonas femeninas encargadas de regular el ciclo ovárico de la mujer. De esta forma se puede determinar así el potencial de fertilidad en la mujer.
Para determinar si las concentraciones de testosterona son anormales, tanto en varones como en mujeres; en varones puede contribuir a explicar la dificultad de erección (disfunción eréctil), incapacidad de que la pareja se quede embarazada (infertilidad), o una pubertad prematura o retrasada; en el caso de las mujeres puede contribuir a explicar la aparición de características físicas masculinas (virilización), infertilidad o síndrome del ovario poliquístico.
En el caso de los hombres, cuando el médico sospecha de la existencia de infertilidad o ante la incapacidad de mantener una erección; en el caso de los chicos, ante una maduración sexual prematura o bien retrasada.
La testosterona es una hormona esteroidea (andrógeno) sintetizada por un tejido endocrino específico (células de Leydig) localizado en los testículos en los hombres. En ambos sexos, también se produce en las glándulas suprarrenales o adrenales. Esta prueba mide el nivel de testosterona en sangre.
En los varones la testosterona estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como el aumento de tamaño del pene, la aparición del vello corporal y el desarrollo de la musculatura, y la presencia de una voz más grave. Se presenta, en varones, en grandes cantidades durante la pubertad y en la edad adulta para regular el deseo sexual y mantener la masa muscular. En las mujeres, la testosterona se convierte en estradiol, la principal hormona sexual femenina.
La producción de testosterona está estimulada y controlada por la LH (lutropina u hormona luteinizante), la cual se sintetiza en la glándula pituitaria. Los niveles de testosterona se regulan por un mecanismo de retroalimentación negativo: a medida que los niveles de testosterona aumentan, la producción de LH disminuye, y ello hace disminuir a su vez la producción de testosterona. Niveles disminuidos de testosterona ocasionan aumentos de LH, y esta a su vez, estimula la producción de testosterona. Los niveles máximos de testosterona se alcanzan durante la madrugada (entre las 4 y las 8), mientras que los niveles más bajos aparecen por la tarde (entre las 4 y las 8). Los niveles también aumentan después del ejercicio y disminuyen con la edad. Aproximadamente dos terceras partes de la testosterona circulan unidas a una proteína -la SHBG o globulina enlazante de hormonas tiroideas; un poco menos de una tercera parte de la testosterona circula unida a albúmina y un pequeño porcentaje (1-4 %) circula como testosterona libre.
En chicos con pubertad retrasada o con lentitud en el desarrollo puberal, la prueba se solicita normalmente junto con FSH y LH. Aunque existen diferencias entre los distintos individuos en cuanto al inicio de la pubertad, esta acontece en general alrededor de los 10 años. Entre los síntomas y signos de una pubertad retrasada se incluyen:
En los hombres, la determinación de testosterona puede solicitarse cuando se sospecha infertilidad o cuando el individuo presenta una disminución del apetito sexual o una disfunción eréctil. Algunos otros signos incluyen falta de barba y de vello corporal, disminución de la masa muscular y desarrollo de tejido mamario (ginecomastia). Niveles disminuidos de testosterona también se asocian a mayor presencia de grasa visceral, a resistencia insulínica y a mayor riesgo de enfermedad coronaria arterial.
En las mujeres, la determinación de testosterona puede realizarse cuando existen unas menstruaciones irregulares, o estas no existen (amenorrea), cuando existen dificultades para quedarse embarazada, o aparecen características masculinas, como vello en la cara y el cuerpo, un patrón de calvicie masculina y/o una voz muy grave. Las concentraciones de testosterona pueden aumentar debido a tumores que se desarrollan en los ovarios o en la glándula adrenal, así como a otros trastornos, como el síndrome del ovario poliquístico.
Varones:
La concentración de testosterona en varones presenta un rango de normalidad amplio y varía en función del grado de madurez y de la edad. En condiciones normales, las concentraciones de testosterona en hombres disminuyen a partir de la tercera década de la vida. La rapidez de esta disminución puede acentuarse en individuos obesos o en enfermos crónicos, así como con la toma de ciertos fármacos.
Niveles bajos de testosterona (hipogonadismo) pueden observarse en:
Niveles elevados de testosterona en varones pueden indicar:
Mujeres:
En mujeres, las concentraciones de testosterona suelen ser bajas. Niveles elevados pueden indicar:
¿Es directamente proporcional la cantidad de vello corporal a las concentraciones de testosterona?
Algunos estudios han demostrado que existe una relación proporcional entre la concentración de testosterona y la cantidad de vello corporal. El crecimiento del vello en respuesta a la testosterona es diferente en diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, en algunos hombres, la testosterona provoca el crecimiento del vello en el abdomen y la espalda, mientras que inhibe el crecimiento del vello en el cuero cabelludo, llevando a un patrón de calvicie masculino. La genética juega un papel muy importante en la expresión del enzima 5-alfa-reductasa, que convierte la testosterona a dihidrotestosterona -compuesto que altera el crecimiento del cabello- provocando una tendencia familiar a la calvicie. Existe un fármaco, la finasterida, que inhibe la acción de la 5-alfa-reductasa, y que en algunos varones, puede revertir el patrón de calvicie masculina.
¿Qué son la testosterona libre y la biodisponible?
La testosterona está presente en la sangre como testosterona "libre" (2-3%) o testosterona unida (cerca de un 98%). Esta última forma puede estar unida de manera laxa (38%) a la albúmina -principal proteína sérica- o a una proteína de unión específica (60%), SHBG (o globulina transportadora de esteroides sexuales). La unión de la testosterona a la albúmina no es muy resistente y es fácilmente reversible; el término testosterona biodisponible se refiere a la suma de la testosterona libre más la testosterona unida a albúmina.
Se ha sugerido que la testosterona biodisponible representa la fracción de testosterona circulante que entra a las células fácilmente y que mejor refleja la bioactividad de la testosterona, más que la simple medida de la testosterona total en el suero. Se pueden observar disminuciones de SHBG en la obesidad, el hipotiroidismo, el uso de andrógenos y el síndrome nefrítico. Se observan concentraciones elevadas de SHBG en la cirrosis, el hipertiroidismo y con el uso de estrógenos. En estas situaciones, la medida de la testosterona libre puede ser de mayor utilidad.
Para determinar si las concentraciones de testosterona son anormales, tanto en varones como en mujeres; en varones puede contribuir a explicar la dificultad de erección (disfunción eréctil), incapacidad de que la pareja se quede embarazada (infertilidad), o una pubertad prematura o retrasada; en el caso de las mujeres puede contribuir a explicar la aparición de características físicas masculinas (virilización), infertilidad o síndrome del ovario poliquístico.
En mujeres, para evaluar galactorrea (producción de leche cuando no existe embarazo) u otras secreciones por el pezón; cuando no se produce la menstruación y/o en casos de infertilidad. En varones, para evaluar disminuciones de la libido y/o en casos de disfunción eréctil. También se utiliza en la detección y monitorización de tumores hipofisarios productores de prolactina (prolactinomas).
Cuando aparecen signos y/o síntomas asociados a concentraciones elevadas de prolactina como galactorrea y/o alteraciones visuales y dolores de cabeza; como parte de una evaluación de infertilidad en hombres y mujeres, y para el seguimiento de concentraciones bajas de testosterona en hombres; para monitorizar si un prolactinoma puede estar recidivando.
La prolactina es una hormona sintetizada por la parte anterior de la glándula pituitaria, un órgano del tamaño de una uva que se localiza en la base del cerebro. Normalmente, las cantidades de prolactina en hombres y en mujeres no embarazadas son bajas. La principal función de esta hormona es la de favorecer la producción de leche materna. Esta prueba mide la cantidad de prolactina presente en sangre.
La secreción de prolactina está regulada e inhibida por una sustancia conocida como dopamina. Generalmente, las concentraciones de prolactina son elevadas durante el embarazo y justo después del parto. Durante el embarazo, la prolactina, los estrógenos y la progesterona estimulan la formación de leche en las mamas. Tras el parto, la prolactina ayuda a iniciar y mantener el suministro de leche materna. Si una mujer no da el pecho, sus concentraciones de prolactina disminuyen rápidamente hasta alcanzar nuevamente unas concentraciones bajas como las tenía previamente al embarazo. En caso de amamantar al bebé, la propia succión del bebé desarrolla un papel importante en la liberación de prolactina. Existe un mecanismo de retroalimentación entre la frecuencia con la que se amamanta al bebé, la cantidad de prolactina secretada por la hipófisis (pituitaria) y la cantidad de leche materna producida.
Además del embarazo, la causa más frecuente de concentraciones elevadas de prolactina es el prolactinoma, un tumor de la glándula pituitaria productor de prolactina. Los prolactinomas constituyen el tipo de tumor pituitario más frecuente y generalmente son benignos. Se desarrollan más frecuentemente en mujeres, aunque también pueden producirse en hombres. Los problemas asociados a ellos pueden derivarse por el tamaño y la localización del tumor y también por las consecuencias que conlleva un exceso de prolactina, como es la producción de leche en varones (raramente) o en mujeres no embarazadas o que no amamantan a sus hijos.
Si la parte anterior de la glándula pituitaria y/o el tumor aumentan significativamente de tamaño, se puede producir una presión sobre el nervio óptico, causando dolores de cabeza y alteraciones visuales; a su vez, puede interferir con el resto de hormonas que sintetiza la glándula pituitaria. En las mujeres, los prolactinomas pueden causar infertilidad e irregularidades en la menstruación. En los hombres, estos tumores pueden ser la causa de una pérdida gradual del deseo y de la función sexual. Si no se tratan, los prolactinomas pueden dañar los tejidos situados a su alrededor.
La determinación de las concentraciones de prolactina puede solicitarse cuando:
Cuando una persona tiene un prolactinoma, las concentraciones de prolactina pueden ser útiles para monitorizar la evolución del tumor y su respuesta al tratamiento. También pueden ser útiles, a intervalos regulares, para detectar la recurrencia (reaparición) de prolactinomas.
La determinación de prolactina puede solicitarse, junto con la de otras hormonas como la hormona del crecimiento, ante la sospecha de un trastorno hipofisario como el hipopituitarismo.
A veces pueden monitorizarse las concentraciones de prolactina cuando un individuo padece alguna enfermedad o está tomando alguna medicación que puede afectar a la producción de dopamina.
Generalmente, los hombres y las mujeres no embarazadas tienen pequeñas cantidades de prolactina en sangre. Sin embargo, la concentración de prolactina debe interpretarse teniendo en cuenta la hora a la que se ha realizado la extracción de sangre. Las concentraciones varían a lo largo de las 24 horas, aumentando durante las horas de sueño con un pico por la mañana. Idealmente, la extracción de la muestra debería realizarse aproximadamente dos horas después de despertarse.
Durante el embarazo y después del parto, mientras la madre amamanta al bebé, es normal que las concentraciones de prolactina estén elevadas (hiperprolactinemia).
También pueden observarse concentraciones altas de prolactina en:
¿Qué otras pruebas se pueden realizar para evaluar un aumento de prolactina?
Se pueden solicitar testosterona (las concentraciones normalmente serán bajas en los hombres que tengan niveles elevados de prolactina), FSH y LH (ayudan a evaluar la ovulación y la fertilidad), así como pruebas de imagen como una resonancia magnética cerebral (para detectar algún aumento de tamaño de la hipófisis e intentar localizar el tumor) y un examen óptico (para evaluar las alteraciones visuales).
¿Por qué el médico realiza pruebas de tiroides cuando se detecta un aumento de prolactina?
A menudo se observan concentraciones elevadas de prolactina en individuos con hipotiroidismo (aunque esta no sea la causa). En caso de tener hiperprolactinemia, probablemente el médico solicite pruebas para descartar un hipotiroidismo.
¿Cómo se tratan los prolactinomas?
Normalmente los prolactinomas se tratan con fármacos que actúan como la dopamina (como la bromocriptina o la cabergolina) para disminuir la producción de prolactina. El tratamiento puede reducir los niveles de prolactina y los síntomas, así como restablecer la fertilidad; sin embargo, la medicación debe tomarse durante varios meses o años. En el caso de que los prolactinomas sean grandes y/o no respondan al tratamiento es posible que sea necesario recurrir a la cirugía. Este tipo de cirugía es delicada y la debe realizar un cirujano con experiencia. En algunas ocasiones, a pesar de la medicación y/o cirugía, el prolactinoma reaparecerá.
En mujeres, para evaluar galactorrea (producción de leche cuando no existe embarazo) u otras secreciones por el pezón; cuando no se produce la menstruación y/o en casos de infertilidad. En varones, para evaluar disminuciones de la libido y/o en casos de disfunción eréctil. También se utiliza en la detección y monitorización de tumores hipofisarios productores de prolactina (prolactinomas).
Para conocer la causa de infertilidad, para realizar un seguimiento de la ovulación, para facilitar el diagnóstico de embarazo ectópico o de aborto, para monitorizar el embarazo, para monitorizar un tratamiento hormonal sustitutivo con progesterona y como ayuda en el diagnóstico de la causa de sangrados menstruales anómalos.
En un momento específico del ciclo menstrual, la determinación de progesterona indica si la mujer está ovulando o no. En el inicio del embarazo es útil en mujeres con sospecha de embarazo ectópico o riesgo de aborto. Durante todo el embarazo indica el estado de salud del feto y de la placenta. De manera periódica presenta utilidad en casos de tratamiento hormonal sustitutivo con progesterona. También se usa en casos de sangrados menstruales anómalos.
La progesterona es una hormona esteroidea que se encarga de preparar el organismo para el embarazo. Actúa de manera conjunta con otras hormonas femeninas. La prueba mide la concentración de progesterona en sangre.
Mensualmente, los estrógenos se encargan de que el endometrio (la mucosa que recubre el útero) crezca y se renueve, mientras que la hormona luteinizante (LH) favorece que se libere un óvulo de uno de los ovarios. Cuando el óvulo ha dejado el ovario, se forma el cuerpo lúteo (masa de células de color amarillento) que empieza a producir progesterona. La progesterona (la del cuerpo lúteo y una mínima cantidad procedente de las glándulas suprarrenales) detiene el crecimiento del endometrio y deja listo el útero para la implantación del posible óvulo fecundado.
Si no se produce la fecundación, el cuerpo lúteo degenera, la concentración de progesterona disminuye y empieza el sangrado menstrual. Si se produce la fecundación y el óvulo se implanta en el útero, el cuerpo lúteo continúa produciendo progesterona; el trofoblasto formado produce coriogonadotropina (hCG). Después de varias semanas, la plancenta sustituye al cuerpo lúteo en la labor de producir progesterona, aumentando mucho su concentración hasta el final del embarazo.
Los varones también producen progesterona aunque en cantidades mucho más reducidas; entre sus funciones está la de favorecer el desarrollo de los espermatozoides.
La concentración de progesterona se mide:
Si los niveles de progesterona no aumentan y disminuyen con un ritmo mensual, es posible que la mujer no esté ovulando o no tenga la menstruación; esta podría ser la causa de la infertilidad.
Si al inicio del embarazo los niveles de progesterona no van aumentando progresivamente, es posible que se trate de un embarazo ectópico o que exista un alto riesgo de aborto. Si en un embarazo normal la progesterona no aumenta a la velocidad adecuada, es posible que existan problemas con la viabilidad de la placenta o con el feto.
Ocasionalmente se observan aumentos de los niveles de progesterona en:
Niveles bajos de progesterona se pueden asociar a:
¿Puede emplearse la progesterona en algún tipo de tratamiento?
Sí. La progesterona (su forma sintética es la progestina) se usa a menudo en el tratamiento hormonal sustitutivo en mujeres menopáusicas. La progesterona también se incluye en algunas píldoras anticonceptivas. No obstante, el tratamiento hormonal sustitutivo ha generado controversia en diferentes ámbitos de la salud; su médico es quién mejor le informará al respecto.
¿Es necesario determinar la progesterona en la menopausia o durante un tratamiento hormonal sustitutivo?
A veces. Si una mujer presenta signos o síntomas como sangrados uterinos anormales, se puede pedir el análisis de progesterona y otras pruebas. En caso de que se haya extirpado el útero (histerectomía), el tratamiento hormonal sustitutivo no necesita llevar progesterona y no será necesario medir la progesterona en sangre.
Para conocer la causa de infertilidad, para realizar un seguimiento de la ovulación, para facilitar el diagnóstico de embarazo ectópico o de aborto, para monitorizar el embarazo, para monitorizar un tratamiento hormonal sustitutivo con progesterona y como ayuda en el diagnóstico de la causa de sangrados menstruales anómalos.
Para determinar o monitorizar las concentraciones de estrógenos; para detectar alteraciones o desequilibrios hormonales; para monitorizar el tratamiento en caso de infertilidad; cuando existen síntomas de menopausia; también se utiliza para analizar el estado feto-placentario al principio del embarazo.
Cuando existen signos o síntomas de desequilibrio hormonal, como sangrados vaginales anormales, falta de menstruación, desarrollo temprano o muy tardío de los órganos sexuales; cuando una persona está sometida a un tratamiento para combatir la infertilidad o si se está realizando un tratamiento de la menopausia; cuando durante un embarazo de riesgo el médico quiere monitorizar el estado de la placenta y el desarrollo fetal.
En varones, cuando se presentan signos de feminización, como por ejemplo aumento de tamaño de los pechos (ginecomastia).
Los estrógenos constituyen un grupo de hormonas esteroideas responsables del desarrollo de los órganos sexuales y de las características sexuales secundarias femeninos. Junto con otras hormonas, como la progesterona, regulan el ciclo menstrual e intervienen en el desarrollo de las mamas y del útero, permitiendo que el embarazo avance normalmente. A pesar de ser las principales hormonas sexuales femeninas, también se encuentran en varones y juegan un papel importante en el metabolismo óseo y el crecimiento en ambos sexos. Las formas más comunes de estrógenos analizadas son estrona (E1), estradiol (E2) y estriol (E3).
Estrona (E1) - deriva directamente de la androstendiona (de la glándula adrenal o suprarrenal) o indirectamente de andrógenos. Puede también ser producida en ovarios y placenta, testículos y tejido adiposo (grasa). Cuando es necesario, la estrona puede convertirse en estradiol y viceversa. La estrona es el principal estrógeno en los varones y en mujeres post-menopáusicas.
Estradiol (E2) - se produce principalmente en los ovarios antes de la menopausia, y en varones en los testículos. En mujeres post-menopáusicas el estradiol procede de la estrona. El estradiol es el estrógeno más potente y el que se encuentra a más alta concentración en mujeres premenopáusicas no embarazadas. Sus niveles varían en función de la edad de la mujer y de su estado reproductivo. El estradiol constituye un buen marcador de la función ovárica.
Estriol (E3) - es un estrógeno que se produce en grandes cantidades por la placenta en desarrollo durante el embarazo. El estriol aumenta en el curso de la gestación, siendo un indicador de la correcta evolución del embarazo y del desarrollo fetal. La medida de estriol está incluida en el cribado del segundo trimestre del embarazo, contribuyendo así a la evaluación del riesgo fetal debido a la existencia de ciertas alteraciones cromosómicas. En mujeres no embarazadas y en varones, los niveles de estriol son muy bajos.
Estrógenos en mujeres
El tipo y cantidad de estrógenos varían a lo largo de la vida de una mujer; varían en cada ciclo menstrual, durante el embarazo y a lo largo del día.
Nacimiento
Los niveles de estradiol y estrona son altos pero disminuyen al cabo de pocos días. Durante la infancia es cuando se alcanzan las concentraciones más bajas.
Pubertad
Los niveles de estradiol y estrona empiezan a aumentar a medida que se acerca la pubertad. Estos estrógenos son los responsables del desarrollo de los pechos, del útero y, junto con otras hormonas, de la aparición y regulación de la menstruación. Hasta la menopausia es normal que exista cierta cantidad de estrona, cuya concentración puede variar a lo largo del día pero por lo demás se mantiene relativamente estable.
Menstruación
El ciclo menstrual dura unos 28 días y consiste de dos fases, la fase solicular y la fase lútea. Durante la menstruación, las concentraciones de estradiol y de otras muchas hormonas aumentan y disminuyen de manera secuencial específica.
Embarazo
El estriol constituye el principal estrógeno durante el embarazo. Lo produce la placenta de tal manera que su concentración empieza a aumentar durante la octava semana de la gestación y sigue aumentando durante todo el embarazo. Normalmente, unas 4 semanas antes de que la mujer se ponga de parto, los niveles de estriol se incrementan de manera muy marcada. El estriol circulante en la sangre materna se elimina rápidamente de la circulación por lo que cada medida de estriol proporciona una instantánea de lo que está sucediendo a nivel de la placenta y del feto, aunque se observan normalmente ciertas fluctuaciones diarias de su concentración.
Durante el embarazo también aumenta la estrona, aproximadamente más de 10 veces entre las semanas 24 y 41. Después del parto, los niveles de estrona disminuyen y el estriol prácticamente deja de ser detectable en sangre.
Menopausia
La estrona es el principal estrógeno durante la menopausia. Las concentraciones de estradiol disminuyen de manera muy significativa debido a que su producción ovárica mengua, hasta que se estabiliza a unos niveles muy bajos.
Estrógenos en varones
El tipo y cantidad de estrógenos en la sangre de varones también varían con la edad, aunque los niveles son mucho más bajos en comparación a los de las mujeres.
En niñas y mujeres,
La estrona y el estradiol pueden solicitarse en los siguientes casos:
El estriol se puede solicitar en mujeres:
En niños y hombres
La estrona y el estradiol pueden solicitarse en los siguientes casos:
El resultado de la medida de los distintos tipos de estrógenos depende del sexo y de la edad. En mujeres, también depende de la fase del ciclo menstrual y de si existe embarazo. Además, los valores de referencia y las unidades de expresión de los resultados pueden variar en función del laboratorio en el que se realiza el análisis.
Cuando se monitorizan estas hormonas, seguramente el médico mirará patrones de aumentos o descensos a lo largo del tiempo más que resultados de una única determinación, teniendo en cuenta los ciclos menstruales o un embarazo. Los resultados no son diagnósticos de un trastorno específico, pero sí proporcionan al médico información acerca de la causa potencial de la sintomatología de la persona.
A continuación se listan ciertas situaciones en las que se pueden observar aumentos o disminuciones de estrógenos.
Se pueden observar aumentos en la concentración de estradiol o estrona en:
Niñas y mujeres:
Niños y hombres:
Tanto en hombres como en mujeres:
En mujeres, se puede observar una disminución en la concentración de estrógenos en:
¿Todos los hombres tienen estrógenos?
Sí. Aunque se encuentran en concentraciones mucho menores que en las mujeres, siempre están presentes para garantizar el equilibrio hormonal y la funcionalidad de otras glándulas.
¿Qué son los receptores de estrógenos?
Los receptores de estrógenos son proteínas que se encuentran en las células de ciertos tejidos, que se unen al estrógeno. Esta unión con el receptor permite que los estrógenos puedan ejercer su acción en la célula. Los tumores también pueden tener receptores de estrógenos. Así, los estrógenos pueden estimular el crecimiento de células cancerosas en los tumores con receptores de estrógenos, en mujeres con cáncer de mama. Los fármacos que bloquean el efecto de los estrógenos pueden disminuir el ritmo de crecimiento de este tipo de tumores. Si desea más información, puede referirse a Receptores de estrógenos.
¿Qué son los fitoestrógenos y los estrógenos ambientales?
Los fitoestrógenos son compuestos similares a los estrógenos pero de origen vegetal. Las dos clases principales son las isoflavonas, que se encuentran en los productos derivados de la soja, y los lignanos, que se encuentran en los cereales integrales y en algunas frutas y verduras. Se ha propuesto el uso de estos productos como alternativa a la terapia hormonal sustitutiva. Estudios iniciales han demostrado que mejoran algunos de los síntomas de la menopausia como los sofocos pero todavía se tienen que realizar más estudios.
Los estrógenos ambientales son agentes químicos, tanto naturales (de fuentes vegetales) como creados por el hombre (como el insecticida DDT), que mimetizan el efecto de los estrógenos y que pueden causar trastornos como infertilidad, sobrecrecimiento de la pared endometrial, desarrollo prematuro de las mamas y feminización en varones jóvenes. Tienden a permanecer en el organismo durante largos períodos de tiempo y por ello se están estudiando sus efectos a largo plazo.
Para determinar o monitorizar las concentraciones de estrógenos; para detectar alteraciones o desequilibrios hormonales; para monitorizar el tratamiento en caso de infertilidad; cuando existen síntomas de menopausia; también se utiliza para analizar el estado feto-placentario al principio del embarazo.
Para evaluar aspectos relacionados con la fertilidad, con la función de los órganos reproductores (ovarios, testículos) o con la función hipofisaria.
En mujeres, cuando existen dificultades para quedarse embarazada o alteraciones del ritmo menstrual.
En varones, cuando la pareja no consigue quedarse embarazada; también cuando existe una disminución del número de espermatozoides, si se tiene poca masa muscular o disminución del deseo sexual.
También está indicado cuando el médico cree que puede existir una enfermedad hipofisaria o hipotalámica.
También puede ser útil en niños con pubertad precoz o retrasada.
La hormona folículo estimulante (FSH) o folitropina es una hormona vinculada con la reproducción y con el desarrollo del óvulo en las mujeres y de los espermatozoides en los varones. Con esta prueba se miden los niveles de FSH en sangre.
La FSH se sintetiza en la hipófisis o glándula hipofisaria. La hipófisis es un órgano del tamaño de una uva, localizado en la base del cerebro. El control de su síntesis depende de un complejo sistema hormonal en el que intervienen el hipotálamo, la hipófisis y las hormonas producidas por las gónadas (ovarios y testículos). El hipotálamo libera GnRH (hormona liberadora de gonadotrofinas), que estimula a la hipófisis para que libere FSH y LH (hormona luteinizante o lutropina); la LH es una hormona íntimamente relacionada con la FSH e implicada en la reproducción.
En mujeres, la FSH estimula el crecimiento y maduración de los folículos ováricos durante la fase folicular del ciclo menstrual. Este ciclo se divide en dos fases, la folicular y la luteínica; cada una de estas fases dura aproximadamente unos 14 días. Durante la fase folicular, la FSH promueve el inicio de la producción de estradiol por el folículo, y las dos hormonas colaboran en el posterior desarrollo del óvulo. Hacia el final de la fase folicular, se produce un pico de FSH y LH. La liberación del óvulo por el ovario (ovulación) ocurre justo después de este pico hormonal. La inhibina, así como el estradiol y la progesterona contribuyen a regular la cantidad de FSH que se libera desde la hipófisis. Además, la FSH también facilita la capacidad del ovario para responder a la LH.
Cuando se alcanza la menopausia, los ovarios dejan de funcionar; simultáneamente la FSH y la LH aumentan.
En varones, la FSH estimula a los testículos para producir esperma maduro y también promueve la producción de las proteínas fijadoras de andrógenos. La concentración de FSH en los hombres es relativamente constante después de la pubertad.
En niños, la FSH se eleva brevemente después del nacimiento y posteriormente cae a un nivel muy bajo, alrededor de los 6 meses en los niños y de 1-2 años en las niñas. Las concentraciones aumentan antes de llegar a la pubertad y del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.
Los trastornos que afectan al hipotálamo, a la hipófisis y/o a los ovarios o testículos pueden ocasionar la producción de cantidades alteradas (insuficientes o en exceso) de FSH, resultando en una serie de situaciones como infertilidad, alteraciones de los ciclos menstruales, pubertad tardía o bien una pubertad precoz.
La FSH se solicita en mujeres que no consiguen quedarse embarazadas, o en las que tienen irregularidades (o ausencia) del ciclo menstrual.
La FSH puede solicitarse para confirmar que una mujer ha alcanzado la menopausia.
En varones, la FSH se solicita cuando su pareja no consigue quedarse embarazada, cuando el recuento espermático está disminuido o cuando la masa muscular es escasa o existe poco deseo sexual.
Además, la FSH se solicita tanto en varones como en mujeres cuando se sospecha algún trastorno hipofisario. Un trastorno hipofisario puede repercutir sobre la producción de muchas otras hormonas, y por lo tanto pueden aparecer signos y síntomas distintos de los citados anteriormente; entre ellos se incluyen fatiga, debilidad y pérdida de peso sin causa aparente, por citar algunos.
Durante la infancia y la adolescencia, la FSH y la LH pueden solicitarse cuando la pubertad no se presenta a la edad adecuada (ya sea precozmente o tardíamente). Los signos de pubertad son:
Los resultados de la determinación de FSH se interpretan característicamente junto con los de otras hormonas, como LH, estrógenos y/o testosterona.
En el contexto de una evaluación de una infertilidad, aumentos o disminuciones de FSH no son diagnósticos pero proporcionan información acerca de la posible causa. Por ejemplo, un desequilibrio hormonal puede repercutir sobre el ciclo hormonal y/o la ovulación. Si desea más información, refiérase a infertilidad.
En mujeres
Los niveles de FSH y LH pueden ayudar a diferenciar entre un fallo ovárico primario (mala función de los ovarios o alteración de su desarrollo) o secundario (fallo de los ovarios por una alteración hipotálamo-hipofisaria).
Aumentos de la concentración de LH y FSH son indicativos de un fallo ovárico primario. Como posibles causas de un fallo ovárico primario se encuentran:
Alteraciones del desarrollo:
Fallos ováricos precoces debidos a:
Anovulación crónica (fallo en la ovulación) debida a:
Cuando una mujer llega a la menopausia, sus ovarios dejan de funcionar y la FSH aumenta.
Niveles bajos de FSH y LH indican un fallo ovárico secundario debido a enfermedad hipofisaria o hipotalámica. Unos niveles bajos de FSH se asocian a mayor riesgo de cáncer de ovario.
En varones
Aumentos de FSH indican un fallo testicular primario, que puede ser debido a defectos en el desarrollo testicular o a traumatismos testiculares, como se lista a continuación.
Alteraciones del desarrollo:
Insuficiencias testiculares:
Concentraciones bajas de FSH son sugerentes de alteraciones hipotalámicas o hipofisarias. Si desea más información, refiérase a trastornos hipofisarios.
En niños
Encontrar LH y FSH elevadas, junto con unos caracteres sexuales secundarios, a una edad demasiado temprana deben hacer pensar en una pubertad precoz; esto es mucho más frecuente en niñas que en niños. Este desarrollo prematuro suele estar relacionado con problemas del sistema nervioso central y puede ser atribuible a distintas causas. Algunas de estas causas incluyen:
La presencia de LH y FSH normales en niños o niñas que ya presentan algunos cambios puberales indican una forma benigna de pubertad precoz (pseudopubertad). Los signos y síntomas suelen deberse a aumentos de la concentración de estrógenos o de testosterona. Podría ser debido a:
En la pubertad tardía, los niveles de LH y FSH pueden ser normales o inferiores a los esperados para un rango de edades determinado. Entre las causas de pubertad tardía se encuentran:
¿Qué pruebas pueden realizarse si existen dificultades para quedarse embarazada?
Las pruebas básicas en el estudio de la infertilidad a menudo incluyen FSH y LH. También se puede medir la temperatura corporal, que suele aumentar ligeramente durante la ovulación. Otras pruebas para el estudio de la infertilidad incluyen la determinación de otras hormonas, así como estudios postcoitales. Se puede pedir una histerosalpingografía (imagen de las trompas de Falopio) si se sospecha que puedan estar obstruidas. Es posible que se tenga que realizar un estudio del semen en el varón.
¿Por qué a una mujer se le puede medir varias veces la FSH y a los hombre sólo una?
En las mujeres las concentraciones de FSH oscilan de manera cíclica, presentando un pico cada mes. En los varones los niveles de FSH son mucho más estables.
¿Por qué un hombre necesita realizarse pruebas para deteminar hormonas femeninas?
Los hombres también producen FSH y LH, que son importantes en la reproducción. La FSH estimula la producción de esperma igual que en las mujeres estimula la producción de óvulos. Si la testosterona es baja, puede ser útil medir la LH.
Para evaluar aspectos relacionados con la fertilidad, con la función de los órganos reproductores (ovarios, testículos) o con la función hipofisaria.
Para evaluar aspectos relacionados con la fertilidad, con la función de los órganos reproductores (ovarios, testículos) o con la función hipofisaria; para detectar la liberación del óvulo desde el ovario (ovulación).
En niños se realiza para detectar una pubertad precoz o tardía.
En mujeres, cuando existen dificultades para quedarse embarazada o alteraciones del ritmo menstrual; cuando se pretende realizar un control de la ovulación.
En varones, cuando la pareja no consigue quedarse embarazada; también cuando existe una disminución del número de espermatozoides, si se tiene poca masa muscular o disminución del deseo sexual.
También está indicado cuando el médico cree que puede existir una enfermedad hipofisaria o hipotalámica.
También puede ser útil en niños con pubertad tardía o precoz.
La hormona luteinizante (LH) es una hormona vinculada con la reproducción y con la estimulación de la liberación del óvulo desde el ovario en las mujeres y con la producción de testosterona en varones. Con esta prueba se miden los niveles de LH en sangre.
La LH se sintetiza en la hipófisis o glándula hipofisaria. La hipófisis es un órgano del tamaño de una uva, localizado en la base del cerebro. El control de su síntesis depende de un complejo sistema hormonal en el que intervienen el hipotálamo, la hipófisis y las hormonas producidas por las gónadas (ovarios y testículos).
Antes de la menopausia, se producen aumentos y disminuciones secuenciales específicas de varias hormonas durante cada ciclo menstrual. Durante el ciclo menstrual, la LH estimula la ovulación y la producción de otras hormonas como estradiol y progesterona.
El ciclo menstrual se divide en dos fases, la folicular y la luteínica; cada una de estas fases dura aproximadamente unos 14 días. Hacia el final de la fase folicular, se produce un pico de FSH y LH. La liberación del óvulo por el ovario (ovulación) ocurre justo después de este pico hormonal.
Durante la fase luteínica, la cavidad donde se localizaba el folículo ovárico se transforma en el cuerpo lúteo. La secreción de LH estimula la producción de progesterona por parte del cuerpo lúteo. A la vez que aumentan las concentraciones de estradiol y progesterona, se produce una disminución de las concentraciones de LH y FSH. Si no se produce fecundación del óvulo, las concentracions de estradiol y progesterona disminuyen; empieza la menstruación y al finalizar la misma, el ciclo se vuelve a iniciar.
Cuando se alcanza la menopausia, los ovarios dejan de funcionar; simultáneamente los niveles de FSH y LH aumentan.
En varones, la LH estimula las células de Leydig; éstas son las encargadas de producir testosterona en los testículos. Los niveles de LH son relativamente constantes en varones una vez alcanzada la pubertad. Unas concentraciones elevadas de testosterona suponen una retroalimentación negativa sobre la hipófisis y el hipotálamo, y con ello se consigue que disminuya la secreción de LH.
En niños, los niveles de LH aumentan de manera muy breve poco después de nacer, y posteriormente (6 meses en los niños y entre 1-2 años en las niñas) disminuyen hasta alcanzar concentraciones prácticamente indetectables. Alrededor de los 6-8 años de edad, los niveles de LH vuelven a aumentar (antes de la pubertad y del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios).
En adultos, la LH y la FSH se solicitan:
Durante la infancia y la adolescencia, la FSH y la LH pueden solicitarse cuando la pubertad no se presenta a la edad adecuada (ya sea precozmente o tardíamente). Los signos de pubertad son:
En mujeres
La LH y FSH pueden ayudar a diferenciar entre un fallo ovárico primario (mala función de los ovarios o alteración de su desarrollo) y secundario (fallo de los ovarios por una alteración hipotálamo-hipofisaria).
Aumentos de LH y FSH son indicativos de un fallo ovárico primario. Entre las causas del fallo ovárico primario destacan:
Alteraciones del desarrollo:
Fallos ováricos precoces debidos a:
Anovulación crónica (fallo en la ovulación) debida a:
En mujeres que desean quedarse embarazadas pueden realizarse múltiples medidas de LH para detectar el momento de la ovulación (pico de LH).
Cuando una mujer alcanza la menopausia y sus ovarios dejan de funcionar, la LH aumenta.
Niveles bajos de FSH y LH indican un fallo ovárico secundario debido a enfermedad hipofisaria o hipotalámica. Si desea más información, refiérase a trastornos hipofisarios.
En varones
Aumentos de LH indican un fallo testicular primario, que puede ser debido a defectos en el desarrollo testicular o a traumatismos testiculares, como se lista a continuación.
Alteraciones del desarrollo:
Insuficiencias testiculares:
Concentraciones bajas de LH son sugerentes de una insuficiencia testicular secundaria e indican alteraciones hipotalámicas o hipofisarias. Si desea más información, refiérase a trastornos hipofisarios.
Tanto en mujeres como en varones
El resultado de la prueba de la GnRH permite diferenciar entre una disfunción secundaria (insuficiencia hipofisaria) y terciaria (insuficiencia hipotalámica). Una vez se ha medido la concentración basal de LH, se administra una inyección de GnRH. Si se produce un aumento del nivel de LH, el resultado es indicativo de que la hipófisis responde a la GnRH; en tal caso debe sospecharse de algún trastorno que afecte al hipotálamo. Si los niveles de LH no aumentan después de la administración de GnRH, el resultado es indicativo de que la hipófisis no responde al estímulo, sugiriendo un trastorno hipofisario.
En niños
Encontrar LH y FSH elevadas, junto con unos caracteres sexuales secundarios, a una edad demasiado temprana deben hacer pensar en una pubertad precoz; esto es mucho más frecuente en niñas que en niños. Este desarrollo prematuro suele estar relacionado con problemas del sistema nervioso central y puede ser atribuible a distintas causas. Algunas de estas causas incluyen:
La presencia de LH y FSH normales en niños o niñas que ya presentan algunos cambios puberales indican una forma benigna de pubertad precoz (pseudopubertad). Los signos y síntomas suelen deberse a aumentos de la concentración de estrógenos o de testosterona. Podría ser debido a:
En la pubertad tardía, los niveles de LH y FSH pueden ser normales o inferiores a los esperados para un rango de edades determinado. Entre las causas de pubertad tardía se encuentran:
¿Qué pruebas pueden realizarse si existen dificultades para quedarse embarazada?
Las pruebas básicas en el estudio de la infertilidad a menudo incluyen LH y FSH. También se puede medir la temperatura corporal, que suele aumentar ligeramente durante la ovulación. Otras pruebas para el estudio de la infertilidad incluyen la determinación de otras hormonas, así como estudios postcoitales. Se puede pedir una histerosalpingografía (imagen de las trompas de Falopio) si se sospecha que puedan estar obstruidas. Es posible que se tenga que realizar un estudio del semen en el varón.
¿La determinación de la LH permite conocer si se ha poducido la ovulación?
A menudo la LH se emplea para predecir la ovulación (se detecta el pico preovulatorio). Sin embargo, la detección del pico no permite confirmar definitivamente que se ha producido la ovulación.
¿Por qué necesita un hombre realizarse pruebas para deteminar hormonas femeninas?
Los hombres también producen LH y FSH y éstas son importantes en la reproducción. La FSH estimula la producción de esperma en los testículos, igual que en las mujeres estimula la producción de óvulos en los ovarios. Si la testosterona es baja, puede ser útil medir los niveles de LH en el varón.
Para evaluar aspectos relacionados con la fertilidad, con la función de los órganos reproductores (ovarios, testículos) o con la función hipofisaria; para detectar la liberación del óvulo desde el ovario (ovulación).
En niños se realiza para detectar una pubertad precoz o tardía.
Para determinar si la concentración de DHEAS es normal; para evaluar la funcionalidad de la glándula suprarrenal; para detectar tumores o cánceres suprarrenales; en mujeres para determinar la causa de una virilización y en chicos, para determinar la causa de una pubertad precoz.
Cuando un mujer presenta un exceso de vello facial y corporal (hirsutismo), acné, amenorrea o infertilidad; cuando un niño experimenta una pubertad precoz (antes de tiempo) o cuando una niña muestra signos de virilización.
La dehidroepiandrosterona sulfato (DHEAS) es un andrógeno, una hormona sexual masculina que se encuentra en sangre tanto en hombres como en mujeres. Juega un papel importante en el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos secundarios durante la pubertad y puede metabolizarse en el organismo a andrógenos más potentes como la testosterona o la androstenodiona, o puede transformarse hacia hormonas femeninas como los estrógenos. La DHEAS se produce principalmente en el córtex suprarrenal, la parte más externa de la glándula suprarrenal, y en pequeñas cantidades también en los ovarios en las mujeres y en los testículos en los hombres. La secreción de DHEAS está regulada por la hormona adrenocorticotropa (ACTH) secretada por la hipófisis y por otros factores hipofisarios.
Debido a que se produce principalmente en las glándulas suprarenales, la DHEAS es un marcador muy útil de función adrenal. Los tumores en las glándulas suprarrenales y las hiperplasias (crecimiento excesivo del tejido productor de hormona) pueden conducir a una sobreproducción de DHEAS. La concentración elevada de DHEAS puede pasar desapercibida en los hombres adultos mientras que en las mujeres puede producir amenorrea y síntomas visibles de virilización.
Unos niveles excesivamente elevados de DHEAS en la infancia puede ocasionar en niños una pubertad precoz, y en niñas unos genitales externos ambiguos, un exceso de vello corporal y menstruaciones irregulares.
La concentración de DHEAS no suele determinarse de manera rutinaria. La DHEAS suele determinarse junto a otras hormonas siempre que se sospeche un exceso (o más raramente disminución) de la producción de andrógenos, y también si al médico le interesa evaluar la función de la glándula suprarrenal.
Acostumbra a solicitarse en mujeres que presentan signos y síntomas como amenorrea, infertilidad y/o relacionados con una virilización. El grado de severidad de estas alteraciones puede variar entre las distintas personas afectadas e incluyen:
También se solicita cuando una niña presenta una ambigüedad de genitales externos, en los que el clítoris está aumentado de tamaño pero los órganos sexuales internos parecen normales.
La DHEAS también suele determinarse en chicos con signos de pubertad precoz, como presencia de un tono de voz muy grave, vello púbico, mucha masa muscular y pene de gran tamaño.
Niveles normales de DHEAS, junto con niveles normales de otros andrógenos, suelen indicar que las glándulas suprarrenales funcionan correctamente; más raramente puede existir un tumor o cáncer suprarrenal pero que no está secretando hormonas. En el SOP los niveles de DHEAS pueden ser normales o estar aumentados puesto que este trastorno está más relacionado con la producción ovárica de andrógenos (principalmente testosterona).
Concentraciones de DHEAS elevadas pueden indicar la presencia de tumor adrenocortical, cáncer suprarrenal o hiperplasia adrenal. La concentración elevada de DHEAS no es diagnóstica de una situación concreta; suele indicar la necesidad de realizar más pruebas para identificar la causa del desequilibrio hormonal.
Cuando la DHEAS está disminuida puede deberse a una disfunción adrenal o a un hipopituitarismo (un trastorno que provoca descenso en las hormonas pituitarias que regulan la producción y secreción de las hormonas adrenales).
¿Por qué no debería obtenerse la muestra de sangre para medir la DHEAS por la mañana?
La concentración de algunas hormonas está aumentada por la mañana, mientras que la de otras aumenta y disminuye a lo largo del día. Otras se liberan de manera intermitente o en función de aumentos de la actividad o en respuesta al estrés. Ciertas hormonas presentan concentraciones más elevadas ciertos días del mes mientras que otras se mantienen relativamente estables. A menudo la extracción de la muestra de sangre se realiza en un momento concreto que permita evaluar la concentración de hormonas cuando éstas se encuentran en sus niveles más altos o más bajos. Sin embargo, como la concentración de DHEAS se mantiene estable, la muestra puede obtenerse en cualquier momento del día sin que se afecte el resultado.
¿Todas las personas con niveles aumentados de DHEAS presentan síntomas?
No necesariamente. En los hombres adultos puede ser difícil saber en qué momento existe una DHEAS elevada (puesto que ya tienen desarrollados los caracteres sexuales secundarios) y las mujeres de algunos grupos étnicos (por ejemplo las asiáticas) pueden tener también la DHEAS y la testosterona elevadas sin presentar ningún signo externo como exceso de vello o acné. Por otra parte, la sintomatología y la severidad pueden variar de persona a persona.
Para determinar si la concentración de DHEAS es normal; para evaluar la funcionalidad de la glándula suprarrenal; para detectar tumores o cánceres suprarrenales; en mujeres para determinar la causa de una virilización y en chicos, para determinar la causa de una pubertad precoz.
El estradiol es el más importante de los estrógenos y su estudio permite verificar el buen funcionamiento de los ovarios, entre otros.
Progesterona, su nivel puede determinar si una mujer está ovulando y si hay riesgo de aborto espontáneo o embarazo ectópico.
La prolactina es segregada por la hipófisis, estimula el desarrollo mamario y la producción de leche. Por lo regular se analiza cuando se buscan tumores hipofisarios y las causas de secreción láctea sin relación con un parto, infertilidad y períodos menstruales irregulares o amenorrea.
Dependiendo del problema a diagnosticar, es probable que este perfil se vaya realizando a lo largo de la vida de la mujer con el objetivo de ir comparando resultados y evoluciones.
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