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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), también llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS) o enfermedades venéreas, son infecciones causadas por organismos que pueden transmitirse de una persona a otra a través de la actividad sexual y el contacto íntimo. Se trata de un problema de Salud Pública a nivel mundial, tanto en términos de morbilidad como mortalidad, debido a las complicaciones y secuelas que pueden producir si no se diagnostican y se tratan rápida y correctamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció una estrategia global para la reducción de las ETS entre los años 2016 y 2021, ya que según la OMS se calcula que cada año se producen en el mundo 357 millones de nuevas ETS.
La detección de estas infecciones es importante para garantizar una detección temprana, proporcionar un tratamiento oportuno y prevenir su propagación. Las pruebas de las ETS se recomiendan como parte de los exámenes de salud de rutina de adolescentes y adultos jóvenes sexualmente activos, así como de los adultos mayores que pueden estar en riesgo.
Está indicado para aquellas personas que han tenido relaciones sexuales con diferentes parejas o individuos y quieran hacerse un control de enfermedades. También cuando sospechemos de un contacto de riesgo o cuando su médico así lo indique. Pueden solicitarlo aquellos deportistas donde exista intercambio de sangre por el tipo de deporte.
Este examen recoge todo tipo de Enfermedades de transmisión sexual (ETS) para que tu tranquilidad sea total con respecto a tu salud sexual.
La tricomoniasis (o “tric”) es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) muy común causada por la infección transmitida por el parásito protozoario llamado Trichomonas vaginalis. Los síntomas de la enfermedad pueden variar, y la mayoría de hombres y mujeres que tienen el parásito no saben que están infectados.
Para realizar un cribado o diagnosticar la infección por clamidia.
Con finalidades de cribado:
Con finalidades diagnósticas:
La clamidia es una de las bacterias más comunes entre las que causan enfermedades de transmisión sexual (ETS); en caso de no tratarse adecuadamente puede conducir a complicaciones graves. La prueba busca evidencias de infección por la bacteria Chlamydia trachomatis. El cribado, diagnóstico y tratamiento de la infección por clamidia es muy importante para prevenir las complicaciones a largo plazo y la propagación de la infección a otras personas.
La infección por clamidia suele contraerse por contacto sexual (oral, vaginal o anal) con una pareja infectada. Entre los factores de riesgo para contraer la infección se incluyen: tener varias parejas sexuales, infecciones previas o coinfección por otras ETS, y la no utilización sistemática de métodos de barrera anticoncepción.
Es bastante frecuente que a pesar de que exista infección por clamidia, no se presenten signos ni síntomas de la infección. A menudo los signos y síntomas son similares a los de otra ETS, la gonorrea, y por este motivo, las pruebas para detectar ambas ETS suelen realizarse simultáneamente.
La infección por clamidia es fácil de tratar con antibióticos. Si no se trata, puede ocasionar problemas de reproducción graves y otros tipos de problemas.
Cuando no se trata, las mujeres pueden desarrollar una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), por infecciones que se inician en el cuello uterino pero que pueden extenderse por las trompas de Falopio y hacia los ovarios. Esto puede causar:
Las mujeres embarazadas infectadas por clamidia pueden presentar sangrados importantes antes del parto y ruptura prematura de membranas. Los bebés pueden ser de bajo peso al nacer. Las madres infectadas pueden transmitir la infección a sus hijos durante el parto. Estos bebés presentan mayor riesgo de desarrollar complicaciones como neumonía o conjuntivitis; esta última puede amenazar seriamente la vista en caso de no tratarse adecuadamente. Es bastante raro que los varones desarrollen infertilidad, a pesar de no ser tratados.
Se puede solicitar la prueba si se presentan síntomas como flujo vaginal anormal y dolor abdominal (en mujeres) o secreción inusual a través del pene o dolor al orinar (en hombres). Sin embargo, como gran parte de las personas infectadas no presenta síntomas, distintos organismos han publicado las siguientes recomendaciones para el cribado de la infección en mujeres sexualmente activas y con riesgo de contraerla, como son las mujeres menores de 25 años de edad o con múltiples parejas sexuales. La periodicidad del examen suele ser anual.
Contrariamente, estos mismos organismos no recomiendan el cribado en varones heterosexuales sexualmente activos. El médico es quien debe considerar el riesgo del individuo. En el caso de varones homosexuales, los CDC sí recomiendan un cribado anual de la infección.
Los factores que favorecen tener un mayor riesgo de desarrollar una infección por clamidia son:
Cuando un recién nacido presenta signos de conjuntivitis como inflamación, enrojecimiento ocular y presencia de secreciones oculares, deben realizarse pruebas tanto para gonorrea como para clamidia.
Un resultado positivo indica infección activa que requiere tratamiento antibiótico.
Un resultado negativo tan sólo indica que no existe evidencia de la enfermedad en el momento de la realización de la prueba. Es muy importante que las personas con mayor riesgo se realicen la prueba con carácter regular, para detectar posibles exposiciones a la bacteria, especialmente en adolescentes (la reinfección es frecuente).
En caso de estar infectado, los dos miembros de la pareja deben tratarse.
¿Cuánto se tarda en obtener los resultados de la prueba?
Depende del método empleado. Con la prueba de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) se obtienen los resultados en un día o en pocos días. En el caso del cultivo se tarda aproximadamente entre 5 y 7 días.
¿Cómo se puede prevenir la infección por clamidia?
La mejor manera de evitar la infección por clamidia o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual (ETS) es la de abstenerse de mantener sexo oral, vaginal o anal o mantener una relación mútua monógama duradera con una pareja no infectada. Las personas sexualmente activas deberían emplear correctamente y sistemáticamente condones, para reducir el riesgo de contraer infecciones por clamidia y otras ETS.
¿Cómo se trata la infección por clamidia?
Se trata con antibióticos. A pesar de que se cura la infección, pueden haber quedado secuelas de la misma. Si los signos y síntomas no se resuelven en unos días, se debe consultar nuevamente al médico. Es importante abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta que se ha completado el tratamiento y se ha podido comprobar con una nueva prueba realizada a los tres meses del fin de tratamiento que este ha sido efectivo
¿Es posible la reinfección por clamidia a pesar de haber realizado correctamente el tratamiento?
Sí. Si vuelve uno a exponerse a la bacteria, se puede contraer la infección nuevamente. En realidad, la reinfección sucede con bastante frecuencia.
¿Es importante comunicar a la pareja sexual que se tiene una infección por clamidia?
Sí. Es importante comunicarlo para que la pareja se realice la prueba y reciba tratamiento.
Para realizar un cribado o diagnosticar la infección por clamidia.
Para realizar un cribado o diagnosticar una infección por Treponema pallidum, microorganismo causante de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) conocida como sífilis.
Cuando se presentan síntomas de una infección por sífilis o se está a mayor riesgo de contraer dicha infección, por ejemplo cuando se tiene otra ETS o la infección por el VIH, o si la pareja sexual ha contraído la infección o si se mantienen prácticas sexuales de alto riesgo, o bien durante el embarazo.
La sífilis es una infección causada por la bacteria Treponema pallidum. La infección suele contraerse por contacto sexual, por ejemplo por contacto directo con un chancro (úlcera) sifilítico, que es una lesión indolora y sobreelevada. Las pruebas sifilíticas más comunes son las que detectan en sangre anticuerpos producidos en respuesta a la infección por Treponema pallidum. Algunos métodos son capaces de detectar la propia bacteria o su material genético (ADN).
El tratamiento de la sífilis es fácil. Sin embargo, la sífilis no tratada puede acarrear problemas graves de salud. Una madre infectada puede transmitir la infección al feto, con consecuencias importantes y potencialmente fatales para el bebé (refiérase a Preguntas comunes).
En la sífilis se distinguen distintos estadios:
Sífilis primaria - este estadio se inicia a las 2-3 semanas de haber contraído la infección. Aparecen una o varias úlceras (chancros), normalmente en la zona que ha estado en contacto con el chancro de la pareja sexual, como pene o vagina. El chancro suele ser indoloro y por ello puede pasar desapercibido, especialmente si está ubicado en recto o cérvix (cuello uterino). Desaparece a las 4-6 semanas y cicatriza independientemente de que la persona infectada haya seguido tratamiento o no.
Sífilis secundaria - se desarrolla si no se ha tratado una sífilis primaria. La sífilis secundaria aparece entre 6 semanas y 6 meses después de la aparición del chancro. Se caracteriza por la aparición de una erupción cutánea rojiza, moteada, áspera al tacto, de predominio en palmas de las manos y plantas de los pies (lugar inusual de aparición de erupciones por otras causas) y que no causa picor. Pueden existir otros síntomas como fiebre, fatiga, hinchazón de los ganglios linfáticos, dolor de garganta y dolores en otras partes del cuerpo.
Sífilis terciaria, tardía - de no tratarse, la sífilis secundaria progresa a un estado latente durante el cual la persona infectada no presenta síntomas; este estadio puede prolongarse durante varios años. Si durante todo este tiempo de latencia tampoco se inicia ningún tratamiento, en alrededor de un 15% de los casos se desarrollarán complicaciones propias de la sífilis tardía o terciaria. En estos casos, la bacteria ocasionará lesiones en corazón, ojos, cerebro, sistema nervioso, huesos, articulaciones y prácticamente cualquier otra zona del organismo. En caso de que el sistema nervioso resulte afectado se está ante una neurosífilis. La sífilis terciaria puede durar años, y en sus etapas finales conduce a enfermedad mental, ceguera u otros problemas neurológicos, enfermedad cardíaca y la muerte.
La sífilis se trata con antibióticos, preferiblemente con penicilina. Las infecciones de reciente adquisición se curan con facilidad; sin embargo, si ya ha transcurrido más de un año desde el momento de la infección, el tratamiento puede prolongarse.
Puede solicitarse estas pruebas:
Si se presentan síntomas, como un chancro (úlcera) en genitales o garganta
Si se está realizando tratamiento por otra enfermedad de transmisión sexual, como la gonorrea
En el embarazo, para proteger al bebé
Si se presentan síntomas inespecíficos parecidos a los de la sífilis, con el objetivo de averiguar la causa exacta de la enfermedad
En varones homosexuales o en personas que mantienen prácticas sexuales de elevado riesgo
En la infección por el VIH
Si una o varias de las parejas sexuales ha presentado un resultado positivo para sífilis
Un resultado negativo en sangre indica probablemente que no existe sífilis. Sin embargo, un resultado negativo en el cribado significa que no existe evidencia de infección en el momento en que se realiza la prueba. Pueden transcurrir varias semanas desde el momento de la exposición a la bacteria antes de que los anticuerpos sean detectables. Si la persona sabe que ha resultado expuesta o si la sospecha de que exista infección es elevada, es probable que se repita la prueba al cabo de un tiempo. Por otra parte es importante realizar las pruebas de cribado regularmente a aquellas personas expuestas a mayor riesgo de contraer la infección, para detectarla en caso de que se produjera.
¿Cómo podemos evitar el contagio?
Como no el contagio lo podemos evitar como todas las enfermedades de transmisión sexual , utilizando medios adecuados de protección en las relaciones sexuales.
¿Por qué constituye un problema tener sífilis durante el embarazo?
Durante el embarazo, la sífilis puede acarrear muchos problemas para el feto, como parto prematuro, recién nacido de bajo peso o incluso un recién nacido muerto. En 2011, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recibieron 360 declaraciones de casos de sífilis congénita (transmisión a partir de una madre infectada). A veces, los recién nacidos con sífilis no presentan signos de la enfermedad. Sin embargo, sin un tratamiento inmediato, el recién nacido puede desarrollar cataratas, sordera y/o convulsiones. Según la American Sexual Health Association, muchos casos de sífilis congénita pasan desapercibidos hasta que los síntomas aparecen durante la infancia o la adolescencia.
Para realizar un cribado o diagnosticar una infección por Treponema pallidum, microorganismo causante de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) conocida como sífilis.
Para detectar o diagnosticar una infección por Neisseria gonorrhoeae, que es el agente causante de la gonorrea.
Con finalidades de cribado - puede que se recomiende la prueba si se es sexualmente activo, si se está embarazada o se está considerando la posibilidad de quedarse embarazada, o si se tiene mayor riesgo de contraer esta enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Con finalidades diagnósticas - cuando se presentan síntomas de esta ETS, como dolor al orinar o de tipo intestinal, secreciones anales, picor, dolor o sangrado; en mujeres, aumento de las secreciones vaginales o sangrados vaginales entre menstruaciones; en varones secreciones por el pene y dolor, o hinchazón de los testículos; en recién nacidos cuando existe conjuntivitis.
La prueba busca la presencia de la bacteria Neisseria gonorrhoeae, agente causal de la gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
La gonorrea suele transmitirse por contacto sexual (oral, vaginal o anal) por una pareja infectada. Una madre infectada puede trasnmitir la infección a su hijo en el momento del parto. Los síntomas en el recién nacido incluyen conjuntivitis y neumonía, normalmente a los 5 - 12 días de haber nacido. Las complicaciones en el recién nacido incluyen infecciones oculares que en caso de no tratarse pueden causar ceguera.
A pesar de que los varones suelen presentar síntomas si padecen la infección, las mujeres no los presentan o si tienen alguno, pueden confundirlo con síntomas derivados de otras infecciones genitourinarias. En los varones los síntomas suelen aparecer a los 2 - 5 días de contraer la infección aunque este período se puede alargar hasta incluso 30 días. Cuando una mujer presenta síntomas suele ser a los 10 días de haber contraído la infección.
La gonorrea suele tratarse con antibióticos. De no tratarse, puede causar complicaciones tanto en varones como en mujeres y bebés. En los varones una gonorrea no tratada puede producir:
En mujeres, si la gonorrea no se trata puede aparecer:
Alrededor de un 1% de mujeres o varones con gonorrea puede desarrollar una infección gonocócica diseminada, como consecuencia de la propagación de la infección desde los genitales hacia otras zonas del organismo. Entre los síntomas y signos de esta infección diseminada se incluyen fiebre, lesiones cutáneas múltiples, inflamación dolorosa de las articulaciones (artritis gonocócica), infección del recubrimiento interno del corazón e inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (meningitis). Los síntomas son los asociados a artritis, meningitis y sepsis. Esta infección diseminada también puede tratarse con antibióticos similares a los que se emplean en casos de gonorrea no complicada.
Suele solicitarse cuando existen síntomas que sugieren la enfermedad; en mujeres, secreciones vaginales amarillentas o sanguinolentas, sangrado asociado a las relaciones sexuales o dolor o escozor al orinar; en varones, secreciones de pus por el pene o sensación de escozor al orinar, proctitis (inflamación del recto o del área anal). Debido a que son muchas las personas infectadas que no presentan síntomas, distintos organismos han publicado unas recomendaciones para el cribado de la infección en mujeres sexualmente activas y con riesgo de contraerla, como son las mujeres menores de 25 años de edad o con múltiples parejas sexuales. La periodicidad del examen suele ser anual.
Los factores que favorecen tener un mayor riesgo de desarrollar una gonorrea son:
Un resultado positivo indica una infección activa que requiere tratamiento antibiótico.
Un resultado negativo indica que no existe evidencia de la enfermedad en el momento de realizar la prueba. Es importante que las personas con riesgo de contraer la infección se sometan regularmente a este tipo de análisis para detectar posibles exposiciones a la bacteria.
En caso de estar infectado, es importante que la pareja sexual se realice la prueba y siga también tratamiento antibiótico.
Para detectar o diagnosticar una infección por Neisseria gonorrhoeae, que es el agente causante de la gonorrea.
Para detectar una infección por micoplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Cuando una persona presenta síntomas de tipo respiratorio u otra clase que el médico sospecha que pueden deberse a una infección por micoplasma; cuando una infección genital puede estar causada por micoplasma o ureaplasma (una bacteria de la familia de los Micoplasmas).
Los Micoplasmas son los microorganismos de vida libre más pequeños que se conocen. Pueden existir como parte de la flora normal que se encuentra en la garganta, el tracto respiratorio superior, y el tracto genitourinario. Los Micoplasmas son diferentes a otros tipos de bacterias en muchos aspectos, y pueden ser difíciles de cultivar e identificar. La prueba de Micoplasma se utiliza para determinar si una persona presenta una infección activa o reciente por Micoplasma.
La prueba de Micoplasma generalmente incluye un conjunto de pruebas que consisten en la determinación de anticuerpos en sangre producidos como respuesta a la infección por Micoplasma, o en la detección directa del microorganismo a través de un cultivo o de la detección de su material genético (ADN) en una muestra corporal.
En adultos, estos organismos se transmiten principalmente por vía sexual, causando uretritis no gonocócica (UNG), inflamación de la próstata (prostatitis) en hombres, y en mujeres a veces se asocian con flujo vaginal y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). M. hominis y U. urealyticum pueden transmitirse de la madre al hijo durante el nacimiento, cuando el bebé pasa a través de un canal del parto infectado. Generalmente, estos microorganismos colonizan los niños durante los dos primeros años de vida. En raras ocasiones, pueden causar infecciones sistémicas en niños y en personas inmunocomprometidas.
Generalmente, las muestras genitales no se utilizan puesto que los micoplasmas forman parte de la flora normal del tracto genital. Sin embargo, es posible que se solicite un cultivo para M. hominis y U. urealyticum cuando un hombre sexualmente activo presenta una inflamación de la uretra debida a gonorrea o clamidia (uretritis no gonocócicas, UNG) o cuando se sospecha que una mujer presenta una infección genital por micoplasma, después de que las pruebas para gonorrea y clamidia hayan sido negativas.
Detección directa
Un cultivo positivo para uno de los micoplasmas o U. urealyticum indica que la persona presenta una infección por micoplasma, especialmente si la muestra procede de un lugar del organismo que en condiciones normales es estéril, como el líquido articular o la sangre. Sin embargo, si el cultivo positivo proviene de una muestra del tracto respiratorio o del tracto genital, puede significar que el micoplasma forma parte de la flora normal. Por ejemplo, U. urealyticum se encuentra en el tracto genital en aproximadamente el 60%de las mujeres sanas y M. hominis en aproximadamente el 20%.
Un cultivo para micoplasmas negativo indica que la persona no está infectada por el microorganismo o que éste no está en cantidad suficiente para ser detectado en la muestra analizada.
¿Pueden evitarse, las infecciones por micoplasma?
Los Micoplasmas son muy frecuentes en el ambiente y no siempre es posible evitar las infecciones. Los casos causados por brotes de Mycoplasma pneumoniae se transmiten a través de gotitas respiratorias y pueden evitarse con una buena higiene de las manos, cubriendo la nariz y la boca al toser o estornudar, y evitando el contacto cercano con personas enfermas. Los micoplasmas que se transmiten por contacto sexual se pueden prevenir de la misma forma que el resto de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aquellos transmitidos de la madre al hijo son difíciles de predecir o prevenir.
Para detectar una infección por micoplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Para detectar una infección por ureaplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Cuando una persona presenta síntomas de tipo respiratorio u otra clase que el médico sospecha que pueden deberse a una infección por micoplasma o cuando una infección genital puede estar causada por micoplasma o ureaplasma.
Los Ureaplasma son los microorganismos de vida libre más pequeños que se conocen. Pueden existir como parte de la flora normal que se encuentra en la garganta, el tracto respiratorio superior, y el tracto genitourinario. Los Ureaplasma son diferentes a otros tipos de bacterias en muchos aspectos, y pueden ser difíciles de cultivar e identificar. La prueba de Ureaplasma se utiliza para determinar si una persona presenta una infección activa o reciente por Ureaplasma.
La prueba de Ureaplasma generalmente incluye un conjunto de pruebas que consisten en la determinación de anticuerpos en sangre producidos como respuesta a la infección por Ureaplasma, o en la detección directa del microorganismo a través de un cultivo o de la detección de su material genético (ADN) en una muestra corporal.
En adultos, estos organismos se transmiten principalmente por vía sexual, causando uretritis no gonocócica (UNG), inflamación de la próstata (prostatitis) en hombres, y en mujeres a veces se asocian con flujo vaginal y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). M. hominis y U. urealyticum pueden transmitirse de la madre al hijo durante el nacimiento, cuando el bebé pasa a través de un canal del parto infectado. Generalmente, estos microorganismos colonizan los niños durante los dos primeros años de vida. En raras ocasiones, pueden causar infecciones sistémicas en niños y en personas inmunocomprometidas.
Generalmente, las muestras genitales no se utilizan puesto que los Ureaplasmas forman parte de la flora normal del tracto genital. Sin embargo, es posible que se solicite un cultivo para M. hominis y U. urealyticum o Parvum cuando un hombre sexualmente activo presenta una inflamación de la uretra debida a gonorrea o clamidia (uretritis no gonocócicas, UNG) o cuando se sospecha que una mujer presenta una infección genital por micoplasma, después de que las pruebas para gonorrea y clamidia hayan sido negativas.
Detección directa
Un cultivo positivo para uno de los micoplasmas ,Ureaplasma urealyticum o Parvum indica que la persona presenta una infección, especialmente si la muestra procede de un lugar del organismo que en condiciones normales es estéril, como el líquido articular o la sangre. Sin embargo, si el cultivo positivo proviene de una muestra del tracto respiratorio o del tracto genital, puede significar que el ureaplasma forma parte de la flora normal. Por ejemplo, U. urealyticum se encuentra en el tracto genital en aproximadamente el 60%de las mujeres sanas y M. hominis en aproximadamente el 20%.
Un cultivo para ureaplasma negativo indica que la persona no está infectada por el microorganismo o que éste no está en cantidad suficiente para ser detectado en la muestra analizada.
¿Pueden evitarse, las infecciones por Ureaplasma?
Los Ureaplasma son muy frecuentes en el ambiente y no siempre es posible evitar las infecciones. Los Ureaplasma que se transmiten por contacto sexual se pueden prevenir de la misma forma que el resto de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aquellos transmitidos de la madre al hijo son difíciles de predecir o prevenir.
Para detectar una infección por ureaplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Para detectar una infección por ureaplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Cuando una persona presenta síntomas de tipo respiratorio u otra clase que el médico sospecha que pueden deberse a una infección por micoplasma o cuando una infección genital puede estar causada por micoplasma o ureaplasma.
Los Ureaplasma son los microorganismos de vida libre más pequeños que se conocen. Pueden existir como parte de la flora normal que se encuentra en la garganta, el tracto respiratorio superior, y el tracto genitourinario. Los Ureaplasma son diferentes a otros tipos de bacterias en muchos aspectos, y pueden ser difíciles de cultivar e identificar. La prueba de Ureaplasma se utiliza para determinar si una persona presenta una infección activa o reciente por Ureaplasma.
La prueba de Ureaplasma generalmente incluye un conjunto de pruebas que consisten en la determinación de anticuerpos en sangre producidos como respuesta a la infección por Ureaplasma, o en la detección directa del microorganismo a través de un cultivo o de la detección de su material genético (ADN) en una muestra corporal.
En adultos, estos organismos se transmiten principalmente por vía sexual, causando uretritis no gonocócica (UNG), inflamación de la próstata (prostatitis) en hombres, y en mujeres a veces se asocian con flujo vaginal y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). M. hominis y U. urealyticum pueden transmitirse de la madre al hijo durante el nacimiento, cuando el bebé pasa a través de un canal del parto infectado. Generalmente, estos microorganismos colonizan los niños durante los dos primeros años de vida. En raras ocasiones, pueden causar infecciones sistémicas en niños y en personas inmunocomprometidas.
Generalmente, las muestras genitales no se utilizan puesto que los Ureaplasmas forman parte de la flora normal del tracto genital. Sin embargo, es posible que se solicite un cultivo para M. hominis y U. urealyticum o Parvum cuando un hombre sexualmente activo presenta una inflamación de la uretra debida a gonorrea o clamidia (uretritis no gonocócicas, UNG) o cuando se sospecha que una mujer presenta una infección genital por micoplasma, después de que las pruebas para gonorrea y clamidia hayan sido negativas.
Detección directa
Un cultivo positivo para uno de los micoplasmas ,Ureaplasma urealyticum o Parvum indica que la persona presenta una infección, especialmente si la muestra procede de un lugar del organismo que en condiciones normales es estéril, como el líquido articular o la sangre. Sin embargo, si el cultivo positivo proviene de una muestra del tracto respiratorio o del tracto genital, puede significar que el ureaplasma forma parte de la flora normal. Por ejemplo, U. urealyticum se encuentra en el tracto genital en aproximadamente el 60%de las mujeres sanas y M. hominis en aproximadamente el 20%.
Un cultivo para ureaplasma negativo indica que la persona no está infectada por el microorganismo o que éste no está en cantidad suficiente para ser detectado en la muestra analizada.
¿Pueden evitarse, las infecciones por Ureaplasma?
Los Ureaplasma son muy frecuentes en el ambiente y no siempre es posible evitar las infecciones. Los Ureaplasma que se transmiten por contacto sexual se pueden prevenir de la misma forma que el resto de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aquellos transmitidos de la madre al hijo son difíciles de predecir o prevenir.
Para detectar una infección por ureaplasma (una clase de bacteria) activa o reciente.
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus herpes simple (VHS).
Cuando se presentan síntomas de una infección por el virus del herpes simple, como vesículas o ampollas alrededor del área genital o signos y/o síntomas de meningits vírica; en caso de que existan ciertos factores de riesgo.
La determinación del virus del herpes simple (VHS) se realiza para identificar una infección herpética aguda o para detectar la presencia de anticuerpos frente al VHS, lo que indicaría la existencia de una exposición previa al virus. La infección por el virus del herpes simple es una de las infecciones víricas más frecuentes. Existen dos tipos de virus del herpes simple, VHS-1 y VHS-2. Ambos tipos son contagiosos y provocan periódicamente pequeñas ampollas (vesículas) que se rompen formando lesiones abiertas. El VHS-1 produce vesículas principalmente alrededor de la cavidad oral y en la boca, mientras que el VHS-2 generalmente produce las lesiones en el área genital; sin embargo, los dos tipos de VHS pueden afectar a ambas zonas.
El virus del herpes simple puede transmitirse de persona a persona a través del contacto con la piel cuando las úlceras están abiertas o en proceso de cicatrización y, a veces, puede transmitirse también cuando las úlceras todavía no son visibles a simple vista. La infección por el VHS-2 es frecuentemente una enfermedad de transmisión sexual, aunque el VHS-1 también puede transmitirse durante el sexo oral y quedar localizado en el área genital. Según la American Sexual Health Association y el Herpes Resource Center, aproximadamente el 50% de adultos tiene el VHS-1 y 17% el VHS-2. Debido a que los síntomas pueden ser leves, el 90% de los individuos con el VHS-2 puede ignorar que ha padecido una infección.
Cuando una persona se infecta por primera vez, pueden aparecer ampollas o vesículas dolorosas en el sitio de la infección; estas lesiones suelen aparecer a las dos semanas de la transmisión del virus y suelen curarse en unas dos o cuatro semanas. Las lesiones pueden aparecer también en la zona vaginal, en el pene, alrededor del ano o en nalgas y muslos. Este primer episodio puede incluir un segundo brote de ampollas acompañadas de síntomas similares a los de una gripe, como fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos. No obstante, no todas las personas infectadas desarrollan ampollas y a veces los síntomas son tan leves que pasan desapercibidos o se confunden con otros procesos, como picaduras de insectos o erupciones.
Una vez resuelta la infección inicial, el VHS queda escondido en el organismo de forma latente. En periodos de estrés o enfermedad, el virus puede reactivarse.
Si el individuo tiene el sistema inmune debilitado o suprimido (inmunocomprometido), como sería el caso de una infección por VIH o SIDA, o en receptores de órganos, la infección por VHS puede ser más grave y los brotes pueden aparecer más frecuentemente. A pesar de que la infección por el VHS no se puede curar, existen fármacos antivíricos que permiten limitar los brotes y en caso de que se produzcan, que estos sean más cortos, con menos síntomas y con menor liberación de virus.
Raramente, una madre infectada por VHS puede transmitir la infección al bebé en el momento del parto (vaginal) y causar así un herpes neonatal. Los signos y síntomas de un herpes neonatal suelen aparecer durante el primer mes de vida y deben tratarse para evitar así daños a largo plazo en el hijo. Es muy importante monitorizar una posible reactivación de la infección por VHS en la mujer embarazada; en tales casos puede estar indicada una cesárea.
La infección por el VHS puede afectar al cerebro, ocasionando una encefalitis, que puede ser fatal o producir daño neurológico permanente en los que sobreviven a ella.
Métodos de medida
La determinación del VHS detecta al propio virus, el ADN vírico o los anticuerpos frente al virus. Durante una infección primaria aguda o una reactivación, el virus puede detectarse mediante:
Cultivo del virus del herpes - se recoge una muestra de líquido de una vesícula abierta que se inocula en células en las que el virus se desarrolla. Una vez el virus ha crecido, puede determinarse si se trata del VHS-1 o del VHS-2; esto puede ser interesante de cara al pronóstico. Se trata de una prueba sensible y específica, aunque se tarda un par de días en obtener el resultado. Pueden obtenerse resultados falsamente negativos cuando la cantidad de virus en la muestrra analizada es insuficiente
Determinación del ADN del VHS - esta prueba detecta material genético del VHS en una muestra procedente de una vesícula o ampolla, sangre o algún otro fluido biológico. La prueba del ADN del VHS suele realizarse cuando el médico alberga una elevada sospecha de la infección pero el cultivo del virus ha resultado negativo, o también cuando una persona está siendo tratada de la infección. Esta prueba permite detectar el virus así como identificar el tipo y como es más sensible que el cultivo del virus, es útil cuando hay poca cantidad de virus (como en la encefalitis vírica) o si la lesión lleva varios días de evolución. Este método es el mejor para detectar meningitis, encefalitis o queratitis (inflamación de la córnea) por VHS, debido a su mayor sensibilidad
Determinación de anticuerpos frente al VHS - los anticuerpos frente al VHS son proteínas específicas que el organismo produce y libera al torrente sanguíneo para protegerse de la infección. La producción de anticuerpos IgM frente al VHS se inicia pocos días después de la primera infección y pueden detectarse en sangre durante varias semanas. La producción de anticuerpos IgG frente al VHS se inicia después de la producción de los de tipo IgM. La concentración en sangre se eleva durante varias semanas, disminuye y luego se estabiliza. Cuando ha existido una infección por VHS, se continuarán produciendo pequeñas cantidades de IgG frente a VHS. La determinación de anticuerpos frente al VHS puede detectar ambos tipos de virus (VHS-1 y VHS-2) y también se dispone de pruebas que permiten detectar los anticuerpos tempranos de tipo IgM así como los anticuerpos de tipo IgG que permanecen de por vida en los individuos que han estado expuestos al virus.
Puede solicitarse un cultivo del virus herpes simple (VHS) o una determinación de ADN del VHS cuando una persona presenta ampollas o vesículas en el área genital.
La determinación del ADN del VHS se solicita en personas con encefalitis si el médico sospecha que la causa puede ser un virus.
La determinación del VHS puede solicitarse regularmente en mujeres embarazadas con herpes. En la madre y en el recién nacido puede determinarse el VHS cuando el recién nacido presenta signos de infección por VHS, como meningitis o lesiones cutáneas.
La determinación de los anticuerpos frente al VHS se solicita principalmente para realizar un cribado de una exposición previa al VHS. Ocasionalmente, puede solicitarse la determinación de anticuerpos frente al VHS en la fase aguda y la de convalecencia cuando se sospecha que existe una infección activa (actual).
Al médico puede interesarle determinar los anticuerpos frente al VHS en casos en los que se detecta una enfermedad de transmisión sexual (ETS) en personas con riesgo para contraer la infección. Entre los factores de riesgo se incluyen los siguientes: tener relaciones sexuales con distintas personas, mantener relaciones sexuales con una pareja con infección por VHS, ser portador del VIH o, en varones, mantener relaciones homosexuales.
Un resultado positivo en el cultivo del virus del herpes simple o en la determinación del ADN del VHS del raspado de una vesícula indica la presencia de una infección activa por VHS-1 o VHS-2. Un resultado negativo indica que no se ha aislado el virus del herpes simple pero no excluye definitivamente la presencia del virus. Esto se debe a que, si la muestra obtenida no contiene virus en una fase de reproducción activa o si la muestra no se transportó en condiciones óptimas, puede no ser posible la detección del virus, obteniéndose un resultado falsamente negativo.
La presencia de anticuerpos IgM frente al VHS-1 o VHS-2 indica una infección activa o reciente. Los anticuerpos IgG frente a VHS-1 o a VHS-2 indican una infección previa. Un incremento significativo en los anticuerpos IgG frente a VHS, medido por comparación de las muestras de la fase aguda y de convalecencia, indica una infección activa o reciente. Un resultado negativo en la prueba que mide los anticuerpos frente al VHS significa que es poco probable que el individuo haya estado expuesto al VHS, o bien que el organismo no ha tenido suficiente tiempo como para iniciar la producción de los anticuerpos frente al VHS.
¿Cómo puede prevenirse el herpes?
El herpes oral (úlceras bucales, lesiones cutáneas de localización no genital) no puede prevenirse. La exposición ocurre durante la vida cotidiana. Sin embargo, el herpes genital puede prevenirse evitando los contactos sexuales con personas con una infección activa por herpes y mediante el uso del preservativo. Si desea más información acceda a este enlace.
¿Existen otros tipos de virus del herpes simple además de los tipos 1 y 2?
Sí. La familia del virus del herpes alberga hasta 25 tipos diferentes de virus, y al menos ocho de ellos causan infecciones en humanos. Entre ellos se incluye: VHS-1, VHS-2, virus varicela-zóster (VVZ, VHH-3) asociado a la varicela y a herpes zóster, virus de Epstein-Barr (EBV, VHH4) que causa la mononucleosis infecciosa, citomegalovirus (CMV, VHH-5), virus del herpes humano tipo 6 (VHH-6) y virus del herpes humano tipo 7 (VHH-7) ambos asociados a roséola en niños, y virus del herpes humano tipo 8 (VHH-8) que se aisla en el sarcoma de Kaposi, tipo de tumor que desarrollan personas con SIDA.
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus herpes simple (VHS).
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus herpes simple (VHS).
Cuando se presentan síntomas de una infección por el virus del herpes simple, como vesículas o ampollas alrededor del área genital o signos y/o síntomas de meningits vírica; en caso de que existan ciertos factores de riesgo.
La determinación del virus del herpes simple (VHS) se realiza para identificar una infección herpética aguda o para detectar la presencia de anticuerpos frente al VHS, lo que indicaría la existencia de una exposición previa al virus. La infección por el virus del herpes simple es una de las infecciones víricas más frecuentes. Existen dos tipos de virus del herpes simple, VHS-1 y VHS-2. Ambos tipos son contagiosos y provocan periódicamente pequeñas ampollas (vesículas) que se rompen formando lesiones abiertas. El VHS-1 produce vesículas principalmente alrededor de la cavidad oral y en la boca, mientras que el VHS-2 generalmente produce las lesiones en el área genital; sin embargo, los dos tipos de VHS pueden afectar a ambas zonas.
El virus del herpes simple puede transmitirse de persona a persona a través del contacto con la piel cuando las úlceras están abiertas o en proceso de cicatrización y, a veces, puede transmitirse también cuando las úlceras todavía no son visibles a simple vista. La infección por el VHS-2 es frecuentemente una enfermedad de transmisión sexual, aunque el VHS-1 también puede transmitirse durante el sexo oral y quedar localizado en el área genital. Según la American Sexual Health Association y el Herpes Resource Center, aproximadamente el 50% de adultos tiene el VHS-1 y 17% el VHS-2. Debido a que los síntomas pueden ser leves, el 90% de los individuos con el VHS-2 puede ignorar que ha padecido una infección.
Cuando una persona se infecta por primera vez, pueden aparecer ampollas o vesículas dolorosas en el sitio de la infección; estas lesiones suelen aparecer a las dos semanas de la transmisión del virus y suelen curarse en unas dos o cuatro semanas. Las lesiones pueden aparecer también en la zona vaginal, en el pene, alrededor del ano o en nalgas y muslos. Este primer episodio puede incluir un segundo brote de ampollas acompañadas de síntomas similares a los de una gripe, como fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos. No obstante, no todas las personas infectadas desarrollan ampollas y a veces los síntomas son tan leves que pasan desapercibidos o se confunden con otros procesos, como picaduras de insectos o erupciones.
Una vez resuelta la infección inicial, el VHS queda escondido en el organismo de forma latente. En periodos de estrés o enfermedad, el virus puede reactivarse.
Si el individuo tiene el sistema inmune debilitado o suprimido (inmunocomprometido), como sería el caso de una infección por VIH o SIDA, o en receptores de órganos, la infección por VHS puede ser más grave y los brotes pueden aparecer más frecuentemente. A pesar de que la infección por el VHS no se puede curar, existen fármacos antivíricos que permiten limitar los brotes y en caso de que se produzcan, que estos sean más cortos, con menos síntomas y con menor liberación de virus.
Raramente, una madre infectada por VHS puede transmitir la infección al bebé en el momento del parto (vaginal) y causar así un herpes neonatal. Los signos y síntomas de un herpes neonatal suelen aparecer durante el primer mes de vida y deben tratarse para evitar así daños a largo plazo en el hijo. Es muy importante monitorizar una posible reactivación de la infección por VHS en la mujer embarazada; en tales casos puede estar indicada una cesárea.
La infección por el VHS puede afectar al cerebro, ocasionando una encefalitis, que puede ser fatal o producir daño neurológico permanente en los que sobreviven a ella.
Métodos de medida
La determinación del VHS detecta al propio virus, el ADN vírico o los anticuerpos frente al virus. Durante una infección primaria aguda o una reactivación, el virus puede detectarse mediante:
Cultivo del virus del herpes - se recoge una muestra de líquido de una vesícula abierta que se inocula en células en las que el virus se desarrolla. Una vez el virus ha crecido, puede determinarse si se trata del VHS-1 o del VHS-2; esto puede ser interesante de cara al pronóstico. Se trata de una prueba sensible y específica, aunque se tarda un par de días en obtener el resultado. Pueden obtenerse resultados falsamente negativos cuando la cantidad de virus en la muestrra analizada es insuficiente
Determinación del ADN del VHS - esta prueba detecta material genético del VHS en una muestra procedente de una vesícula o ampolla, sangre o algún otro fluido biológico. La prueba del ADN del VHS suele realizarse cuando el médico alberga una elevada sospecha de la infección pero el cultivo del virus ha resultado negativo, o también cuando una persona está siendo tratada de la infección. Esta prueba permite detectar el virus así como identificar el tipo y como es más sensible que el cultivo del virus, es útil cuando hay poca cantidad de virus (como en la encefalitis vírica) o si la lesión lleva varios días de evolución. Este método es el mejor para detectar meningitis, encefalitis o queratitis (inflamación de la córnea) por VHS, debido a su mayor sensibilidad
Determinación de anticuerpos frente al VHS - los anticuerpos frente al VHS son proteínas específicas que el organismo produce y libera al torrente sanguíneo para protegerse de la infección. La producción de anticuerpos IgM frente al VHS se inicia pocos días después de la primera infección y pueden detectarse en sangre durante varias semanas. La producción de anticuerpos IgG frente al VHS se inicia después de la producción de los de tipo IgM. La concentración en sangre se eleva durante varias semanas, disminuye y luego se estabiliza. Cuando ha existido una infección por VHS, se continuarán produciendo pequeñas cantidades de IgG frente a VHS. La determinación de anticuerpos frente al VHS puede detectar ambos tipos de virus (VHS-1 y VHS-2) y también se dispone de pruebas que permiten detectar los anticuerpos tempranos de tipo IgM así como los anticuerpos de tipo IgG que permanecen de por vida en los individuos que han estado expuestos al virus.
Puede solicitarse un cultivo del virus herpes simple (VHS) o una determinación de ADN del VHS cuando una persona presenta ampollas o vesículas en el área genital.
La determinación del ADN del VHS se solicita en personas con encefalitis si el médico sospecha que la causa puede ser un virus.
La determinación del VHS puede solicitarse regularmente en mujeres embarazadas con herpes. En la madre y en el recién nacido puede determinarse el VHS cuando el recién nacido presenta signos de infección por VHS, como meningitis o lesiones cutáneas.
La determinación de los anticuerpos frente al VHS se solicita principalmente para realizar un cribado de una exposición previa al VHS. Ocasionalmente, puede solicitarse la determinación de anticuerpos frente al VHS en la fase aguda y la de convalecencia cuando se sospecha que existe una infección activa (actual).
Al médico puede interesarle determinar los anticuerpos frente al VHS en casos en los que se detecta una enfermedad de transmisión sexual (ETS) en personas con riesgo para contraer la infección. Entre los factores de riesgo se incluyen los siguientes: tener relaciones sexuales con distintas personas, mantener relaciones sexuales con una pareja con infección por VHS, ser portador del VIH o, en varones, mantener relaciones homosexuales.
Un resultado positivo en el cultivo del virus del herpes simple o en la determinación del ADN del VHS del raspado de una vesícula indica la presencia de una infección activa por VHS-1 o VHS-2. Un resultado negativo indica que no se ha aislado el virus del herpes simple pero no excluye definitivamente la presencia del virus. Esto se debe a que, si la muestra obtenida no contiene virus en una fase de reproducción activa o si la muestra no se transportó en condiciones óptimas, puede no ser posible la detección del virus, obteniéndose un resultado falsamente negativo.
La presencia de anticuerpos IgM frente al VHS-1 o VHS-2 indica una infección activa o reciente. Los anticuerpos IgG frente a VHS-1 o a VHS-2 indican una infección previa. Un incremento significativo en los anticuerpos IgG frente a VHS, medido por comparación de las muestras de la fase aguda y de convalecencia, indica una infección activa o reciente. Un resultado negativo en la prueba que mide los anticuerpos frente al VHS significa que es poco probable que el individuo haya estado expuesto al VHS, o bien que el organismo no ha tenido suficiente tiempo como para iniciar la producción de los anticuerpos frente al VHS.
¿Cómo puede prevenirse el herpes?
El herpes oral (úlceras bucales, lesiones cutáneas de localización no genital) no puede prevenirse. La exposición ocurre durante la vida cotidiana. Sin embargo, el herpes genital puede prevenirse evitando los contactos sexuales con personas con una infección activa por herpes y mediante el uso del preservativo. Si desea más información acceda a este enlace.
¿Existen otros tipos de virus del herpes simple además de los tipos 1 y 2?
Sí. La familia del virus del herpes alberga hasta 25 tipos diferentes de virus, y al menos ocho de ellos causan infecciones en humanos. Entre ellos se incluye: VHS-1, VHS-2, virus varicela-zóster (VVZ, VHH-3) asociado a la varicela y a herpes zóster, virus de Epstein-Barr (EBV, VHH4) que causa la mononucleosis infecciosa, citomegalovirus (CMV, VHH-5), virus del herpes humano tipo 6 (VHH-6) y virus del herpes humano tipo 7 (VHH-7) ambos asociados a roséola en niños, y virus del herpes humano tipo 8 (VHH-8) que se aisla en el sarcoma de Kaposi, tipo de tumor que desarrollan personas con SIDA.
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus herpes simple (VHS).
Cuando una persona presenta síntomas de tipo respiratorio u otra clase que el médico sospecha que pueden deberse a una infección por micoplasma; cuando una infección genital puede estar causada por mycoplasma o ureaplasma (una bacteria de la familia de los Mycoplasmas).
Los Mycoplasmas son los microorganismos de vida libre más pequeños que se conocen. Pueden existir como parte de la flora normal que se encuentra en la garganta, el tracto respiratorio superior, y el tracto genitourinario. Los Micoplasmas son diferentes a otros tipos de bacterias en muchos aspectos, y pueden ser difíciles de cultivar e identificar. La prueba de Micoplasma se utiliza para determinar si una persona presenta una infección activa o reciente por Micoplasma.
La prueba de Micoplasma generalmente incluye un conjunto de pruebas que consisten en la determinación de anticuerpos en sangre producidos como respuesta a la infección por Micoplasma, o en la detección directa del microorganismo a través de un cultivo o de la detección de su material genético (ADN) en una muestra corporal.
En adultos, estos organismos se transmiten principalmente por vía sexual, causando uretritis no gonocócica (UNG), inflamación de la próstata (prostatitis) en hombres, y en mujeres a veces se asocian con flujo vaginal y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). M. hominis y U. urealyticum pueden transmitirse de la madre al hijo durante el nacimiento, cuando el bebé pasa a través de un canal del parto infectado. Generalmente, estos microorganismos colonizan los niños durante los dos primeros años de vida. En raras ocasiones, pueden causar infecciones sistémicas en niños y en personas inmunocomprometidas.
Generalmente, las muestras genitales no se utilizan puesto que los micoplasmas forman parte de la flora normal del tracto genital. Sin embargo, es posible que se solicite un cultivo para M. hominis y U. urealyticum cuando un hombre sexualmente activo presenta una inflamación de la uretra debida a gonorrea o clamidia (uretritis no gonocócicas, UNG) o cuando se sospecha que una mujer presenta una infección genital por micoplasma, después de que las pruebas para gonorrea y clamidia hayan sido negativas.
Detección directa
Un cultivo positivo para uno de los micoplasmas o U. urealyticum indica que la persona presenta una infección por micoplasma, especialmente si la muestra procede de un lugar del organismo que en condiciones normales es estéril, como el líquido articular o la sangre. Sin embargo, si el cultivo positivo proviene de una muestra del tracto respiratorio o del tracto genital, puede significar que el micoplasma forma parte de la flora normal. Por ejemplo, U. urealyticum se encuentra en el tracto genital en aproximadamente el 60%de las mujeres sanas y M. hominis en aproximadamente el 20%.
Un cultivo para micoplasmas negativo indica que la persona no está infectada por el microorganismo o que éste no está en cantidad suficiente para ser detectado en la muestra analizada.
¿Pueden evitarse, las infecciones por micoplasma?
Los Micoplasmas son muy frecuentes en el ambiente y no siempre es posible evitar las infecciones. Los casos causados por brotes de Mycoplasma pneumoniae se transmiten a través de gotitas respiratorias y pueden evitarse con una buena higiene de las manos, cubriendo la nariz y la boca al toser o estornudar, y evitando el contacto cercano con personas enfermas. Los micoplasmas que se transmiten por contacto sexual se pueden prevenir de la misma forma que el resto de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aquellos transmitidos de la madre al hijo son difíciles de predecir o prevenir.
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